Un segundo pulgar podría beneficiar al desarrollo de habilidades únicas y, cuando se pensaba que todo se había inventado, este pulgar llegó para revolucionarlo todo. Un grupo de científicos eligieron realizar este invento y sometieron a un grupo de personas a la prueba de un «sexto dedo».
Las personas que tienen polidactilia (con más de cinco dedos en sus manos) son capaces de mantener más eficacia en sus quehaceres por lo que este invento podría traer beneficios a cualquiera que quiera sumar un pulgar más a su mano.
Las funcionalidades del segundo pulgar
Como ya se ha mencionado, la adición de un dedo robótico extra podría mejorar significativamente la destreza manual. Personas con polidactilia o con una cantidad de dedos más de los normal muestran habilidades mejoradas en tareas diarias por lo que, un grupo de científicos crearon prótesis de dedos que mejoran el agarre y permite manipular objetos con una sola mano. Este avance es esencial para el desarrollo de un tercer brazo robótico que en el futuro revolucionaría la capacidad humana.
Se trata del proyecto Third Thumb (tercer pulgar) que tiene como finalidad observar y medir cómo se adapta el propio cuerpo a un sexto dedo y cómo podría mejorar la calidad de vida de quienes lo adquieran. La intención fue estudiar cómo el cerebro humano es capaz de captar este “nuevo integrante” y adaptarse a él para manipular objetos.
Cómo fue el experimento del segundo pulgar

Llegar a estas conclusiones llevó a los científicos a realizar una serie de pruebas. Para ello, se convocó a un grupo de personas en las que se les otorgó este segundo pulgar y analizaron sus movimientos y desarrollo de habilidades con él. De esta manera, se les pidió construir torres con piezas en equilibrio, sostener varias copas y sacar esferas de una taza. Mientras tanto, los especialistas en este experimento realizaron un escaneo del cerebro mediante una resonancia magnética funcional.
Las conclusiones en este experimento fueron significativas y superaron lo esperado. Tal como mostraron los investigadores, el rendimiento de quienes se sometieron a los estudios mejoró considerablemente cuando se aplicó este segundo pulgar y se observó una mejora en el desarrollo de múltiples tareas. Además del control individualizado, se logró una integración funcional con el sistema nervioso. “El rendimiento del motor mejoró enormemente incluso sin retroalimentación visual y se mantuvo estable la carga cognitiva. Además, mostramos que el aumento de la mano resultó en un mayor sentido de encarnación sobre el pulgar, un objetivo clave para el aumento exitoso”, indicaron los desarrolladores a cargo del estudio.