Descubrieron cómo eran los retretes en la era medieval y el invento te dejará sin palabras

Los retretes no son un invento nuevo y, aunque se fueron modificando con el tiempo, su sistema es tan antiguo como el mundo. Los retretes en la era medieval eran bien diferentes a los que los conocemos en la actualidad y su sistema de eliminación de los desechos no es apto para impresionables.

Los castillos medievales tenían retretes en las alturas y los hombres debían defecar en ellos con una tecnología poco higiénica para la época, aunque no menos efectiva. También, existieron baños públicos comunitarios donde las personas se reunían a socializar pero que fueron rápidamente eliminados. Una historia prohibida para sensibles.

Cómo eran los retretes en la era medieval

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En los grandes castillos los retretes mantenían cierta intimidad y permanecían en las alturas. Las letrinas eran construidas en las paredes exteriores y sobresalían de los muros. De esta manera, los desechos caían directamente hacia el agua y no tenían ningún tipo de tubería que los contenga. Además, estos baños estaban construidos a una altura considerable, para prevenir que los intrusos o delincuentes puedan treparse a través de ellos y poder ingresar a los castillos.

Además de estos retretes, existían otras construcciones más innovadoras pero no menos inmundas. En este caso, los desechos no caían al agua directamente sino mediante un “tubo” que dirigía a la tierra y que los plebeyos limpiaban. De esta manera, se impedía que se mancharan las paredes del castillo en su exterior.

La historia de los retretes: un lugar para socializar

La historia de los retretes: un lugar para socializar

Contrario a lo que implica en la actualidad, los retretes y baños eran considerados lugares de socialización para algunas culturas medievales. La sociedad romana fue quien identificó este espacio como un sitio propicio para la conversación por lo que se instauraron baños públicos y comunitarios. Es por esto, que los baños no distinguían los géneros y las personas se sentaban unas al lado de la otra, sin pruritos. De acuerdo a la arquitecta y urbanista Giovana Martino en ‘ArchDaily’, las personas no tenían pudor a la hora de usar los excusados como espacio de encuentro.

“Se sentaban uno al lado de otro en una letrina comunal. Allí, la gente hacía sus necesidades mientras interactuaba, debatía diversos temas e incluso realizaba banquetes. Los desechos eran recolectados más tarde y llevados a la llamada Cloaca Máxima”, aclaró la especialista. Más adelante, esta concepción cambió y con el incremento de los feudos estos espacios comenzaron a ser privados. Los baños medievales comenzaron a llamarse de otra manera como ‘cámara privada’, o simplemente ‘espacio privado’ o ‘garderobe’ en inglés.