Jaime Peñafiel, el célebre periodista, vuelve a ganarse la atención de todos con sus nuevas revelaciones sobre la vida en Zarzuela.
La residencia oficial de la Corona, que desde 1978 ha sido hogar de los Borbones, se presenta como un espacio exclusivo para la realeza, reservando su alcurnia para aquellos con sangre azul. Desde la llegada de la democracia, este palacio ha albergado únicamente a miembros de la nobleza, con Sofía de Grecia, la consorte de Juan Carlos, y su hermana soltera, Irene de Grecia, compartiendo sus raíces reales. Sin embargo, durante 46 años, la una única plebeya que ha cruzado sus puertas: Letizia Ortiz Rocasolano.
2Una infanta resalta el mal uso de lenguaje de Letizia
En su columna en OK Diario, Jaime Peñafiel habla sobre un aspecto intrínseco del clasismo: el uso de lenguaje vulgar. Según Jaime Peñafiel, el empleo de palabras malsonantes no es un aspecto propio de la nobleza, sino de las clases bajas. Revela un enfrentamiento entre Letizia y una de sus cuñadas, probablemente Elena, en el que se le pidió a Letizia que moderara su lenguaje debido a su uso frecuente de palabras como «jolines», «coño» y «hostias». Este comportamiento era visto como inapropiado en el ambiente refinado de Zarzuela.
La crónica de Peñafiel no se para ahí. También menciona otro exabrupto habitual de Letizia: «a la mierda», suavizado en francés como «merde». El difunto cronista Carlos García Calvo ya había señalado esta preferencia de Letizia por el término más chic «merde» en lugar de «jolines». Según Peñafiel, este cambio refleja la frustración constante de Letizia, quien a menudo a veces pierde la compostura.