Tras los decepcionantes resultados en las elecciones europeas del 9J, donde la formación Sumar no logró los resultados esperados, se exige una profunda reflexión y asunción de responsabilidades. El revés electoral, que ha dejado a la formación fuera del Parlamento Europeo, ha desencadenado una crisis interna con fuertes críticas, especialmente desde Más Madrid, partido que ha lamentado la «hoja de ruta fallida» diseñada por el «núcleo de Sumar».
Más Madrid señala la falta de respeto al arraigo territorial
Diversas voces dentro de Más Madrid han alzado la voz para señalar errores estratégicos en la campaña y la necesidad de un cambio de rumbo. Eduardo Fernández Rubiño, dirigente de Más Madrid, ha reclamado públicamente que la cúpula de Sumar asuma su responsabilidad en las decisiones tomadas, las cuales han conducido a este resultado.
Rubiño ha criticado la «incapacidad para incorporar y respetar a las organizaciones con arraigo territorial», haciendo hincapié en la importancia de considerar las estructuras locales y regionales dentro de la estrategia global de la formación.
«Este resultado es un antes y un después para nuestro espacio político que no admite más paños calientes», sentenció Rubiño, subrayando la gravedad de la situación y la urgencia de un cambio profundo.
El arraigo territorial como clave para el futuro
Javier Padilla, secretario de Estado en el Ministerio de Sanidad y dirigente de Más Madrid, ha señalado la necesidad de un cambio de enfoque: «Algo tiene que cambiar. El arraigo territorial es lo que debe guiar este espacio».
La portavoz de Más Madrid en la Asamblea, Manuela Bergerot, se sumó a las críticas, calificando el balance de Sumar como «muy malo». Bergerot ha insistido en la necesidad de llevar a cabo una «reflexión profunda sobre cómo se ha llegado hasta aquí».
El futuro de Sumar se presenta incierto tras este varapalo electoral. La formación liderada por Yolanda Díaz deberá analizar en profundidad los errores cometidos y replantear su estrategia de cara a futuras elecciones. La falta de arraigo territorial y la falta de cohesión interna se perfilan como algunos de los principales desafíos a abordar.