Singapur es uno de los países donde la basura no existe. Los desechos y basura tienen una finalidad que contribuye a la mejora del medio ambiente y puede también beneficiar la calidad de vida de los habitantes.
En este país la basura es recogida por más de 2400 camiones cada día y la arrojan en un búnker. De esta manera, se llenan más de cuatro plantas que incineran todo el desperdicio de esa ciudad.
Cómo es el sistema por el que en Singapur no hay basura
El sistema que mantiene limpia toda la ciudad de Singapur es novedoso y podría considerarse un ejemplo para el resto de los países. Después de recoger los desechos, los camiones de basura llegan a los edificios donde queman los desperdicios y que funcionan las 24 horas, los 7 días de la semana y los 365 días del año.
El fuego es el que diluye esta basura y éste se convierte en electricidad para iluminar diferentes hogares. De esta manera, el humo tóxico se filtra y la ceniza restante tiene un nombre especial: “arena nueva”. Este material se lleva a una isla artificial en la que planean utilizarla como insumo para la construcción de caminos y rutas. Si bien, parte de la basura la quema o la utiliza para ampliar territorio, estas actividades no son particularmente sostenible. De todas maneras, Singapur sí lidera la reducción de basura en los basureros.
Singapur, el experto en basura del mundo
Las políticas de limpieza en Singapur datan del año 1968 cuando el presidente Lee Kuan Yew encabezó una campaña en la que se aplicaba multas a quien ensucie con desperdicios en las calles. Gracias al proyecto Keep Singapur Clean, la ciudad logró tener un aspecto más limpio aunque el país presentó problemas forestales. El lugar perdió el 95% de la vegetación y se extinguieron más del 90% de los bosques, llevándose consigo aves y vegetación.
De esta manera, en 2012 se formó el Singapore Green Plan que cambió el modo de gestionar los desechos y los residuos. Los desperdicios forman amplios conglomerados que se utilizan en industrias como la construcción y, como se mencionó anteriormente, los residuos orgánicos se procesan para biocombustible y generan calor. Mientras tanto, los residuos de construcción se aprovechan para construir o recuperar tierras del mar. La tasa de reciclado de Singapur es del 47%, muy poco, pero se compara con el 13.5% mundial que comparte el Banco Mundial.