Existen objetos que prueban la existencia de Jesucristo y que arraigan diversas teorías. Los objetos que comprueban que Jesucristo vivió en la Tierra, revelarían que fue un hombre “común” y caminó entre la multitud.
Existen 5 pruebas que aparecieron a lo largo de la historia, producto de hallazgos arqueológicos, que comprobaron que Jesucristo sí habitó el planeta y que era un ciudadano más. De todas maneras, su historia sigue siendo estudiada y las hipótesis recorren el mundo.
Los 5 objetos que confirman que Jesucristo vivió en la Tierra
A lo largo de la historia aparecieron evidencias de la presencia de Jesucristo en la Tierra que avalan la teoría de su historia de vida y de su misión. Uno de los primeros objetos hallados fue su túnica. Esta prenda se encuentra como muestra de museo en la basílica de Saint-Dennis d´Argenteuil, en el norte de París, y se trata de la que llevaba puesta Jesús cuando fue detenido por la guardia romana tras ser vendido por Judas Iscariote.
Otro de los objetos más impresionantes que comprobarían el paso de Jesucristo por la Tierra son los clavos de la Cruz. En 2011 un documental llamado ‘Los Clavos de la Cruz’ del investigador Simcha Jacobovic demostraron que estos instrumentos sí existían, aunque muchos dudaron de su veracidad. Sin embargo, estudios posteriores corroboraron la teoría de Jacobovic y descubrieron que estos objetos tenían 2.000 años de antigüedad y que en el metal se han encontrado rastros microscópicos de hueso y madera.
Objetos y pruebas de la historia de Jesucristo

Otro de los más espectaculares hallazgos sobre Jesucristo tiene que ver con el frasco de la “santa sangre de Jesús”. Esta reliquia se encuentra guardada en la Basílica que lleva el mismo nombre en Brujas. Esta muestra consiste en una tela pequeña que contendría la sangre de Jesús. Está cubierta por un frasco de cristal de roca, conservada en un cilindro con una corona de oro en cada uno de sus lados.
Los fragmentos de la Cruz son otro de los descubrimientos arqueológicos más impresionantes. Estos trozos de madera fueron hallados a lo largo de la historia y se encuentran cuidados en diversos relicarios e iglesias como la Santa Croce in Gerusalemme o en San Pedro, en el relicario de San Justino. Las más famosas se encuentran en Notre Dame de París, en la catedral de Pisa y en Santa Maria del Fiore de Florencia. La corona de espinas también integra la lista de piezas únicas de Jesucristo. Este objeto consiste en una circunferencia de ramas y se conserva en la catedral de Notre Dame, París, en un tubo de cristal.