Llegar al límite de días sin dormir puede implicar un riesgo para la salud insospechado. Un estudiante se sometió a un experimento extremo y estuvo 11 días sin descansar para demostrar cuáles eran las aterradoras consecuencias.
La falta de sueño puede implicar severas consecuencias para quienes no pueden llevarlo a cabo por estrés, exceso de preocupaciones y por trabajo. No realizar un buen descanso implica el aumento de enfermedades graves y puede traer problemas como obesidad, diabetes y enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos (cardiovasculares).
11 días sin dormir: el experimento extremo
Randy Gardner y Bruce Macallister eligieron someterse a un experimento riesgoso. En 1963 estos estudiantes de secundaria decidieron pasar más de 10 días sin dormir para comprobar el efecto que generaba en su cuerpo. La premisa de esta prueba era determinar cuánto tiempo puede pasar una persona despierta y registrar cualquier efecto secundario. Mediante un sorteo, los estudiantes eligieron que sería Gardner quien se sometería a este calvario con fines científicos que fue supervisado por expertos en sueño e investigadores.
Después de dos días sin dormir, Gardner comenzó a tener problemas para expresarse y concentrarse. Al tercer día, los cambios de humor fueron severos y al quinto, comenzó a tener alucinaciones, su coordinación y estabilidad emocional se vieron afectadas. Finalmente, tras 264 horas se decidió detener el experimento. El joven había permanecido despierto durante 11 días estableciendo un récord mundial. Tras este experimento, Gardner durmió durante 14 horas y, al día siguiente, asistió al colegio sin ninguna dificultad.
Los riesgos de pasar varios días sin dormir
Mantener el cuerpo sin descanso puede traer consecuencias devastadoras, como sucedió con el joven Randy Gardner, quien decidió someterse a este experimento extremo. Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, una persona debe dormir durante 7 o más horas a la edad de 18 y 60 años, mientras que después de los 61 se estima que lo saludable sean de 7 a 9 horas de descanso. Para los niños y bebés el descanso es fundamental y ellos pueden superar las 9 horas diarias.
Los efectos en el exceso de días sin dormir puede provocar un deterioro de la función cognitiva, la memoria, el estado de ánimo, el sistema inmunológico y la salud en general. Tal como le sucedió al joven norteamericano, la falta de sueño puede provocar alucinaciones, delirios, problemas cardiovasculares y trastornos mentales. En casos extremos, esta falta puede también generar la muerte.