El incremento de peso puede ser multifactorial, sin embargo existen dos hormonas que, cuando están en niveles inadecuados, son capaces de promover el incremento de peso. Es importante conocer como funcionan no solo para tener un buen control de los kilos, sino mantener una excelente salud, ya que este tipo de alteraciones pueden generar problemas graves en el organismo.
Un buen control de las hormonas es clave para llevar una excelente salud y esto está estrechamente ligado a un estilo de vida saludable. Cuando nuestros hábitos no son los más sanos, el cuerpo se somete a alteraciones químicas que descontrolan las hormonas y se desatan diversas enfermedades como la obesidad, la diabetes o las patologías cardíacas que ponen en riesgo la vida.
¿Cuáles son las hormonas que pueden generar incremento de peso?
Todos en algún momento hemos escuchado hablar del cortisol, conocido popularmente como la hormona del estrés, esta es producida por las glándulas suprarrenales en respuesta a situaciones de estrés físico o emocional. Esta hormona es muy útil, debido a que permite que el ser humano pueda responder a situaciones de supervivencia, sin embargo cuando sus niveles son demasiado elevados, pueden generar problemas en el organismo. Algunas consecuencias de tener un cortisol elevado son el aumento de apetito, la acumulación de grasa abdominal y la disminución del metabolismo.
Pero el cortisol no es la única hormona capaz de producir el incremento de peso. La insulina es otra hormona esencial y es producida por el páncreas. Está encargada de regular los niveles de azúcar en sangre, pues toma la glucosa de los alimentos que consumimos para convertirla energía. Cuando esta hormona está muy elevada, se produce un almacenamiento de grasa, especialmente en el abdomen, incrementa el apetito y puede producir resistencia a la insulina.
¿Cómo controlar estas hormonas para no incrementar de peso?
Una de las principales recomendaciones para mantener el cortisol en niveles saludables es tener un buen manejo del estrés y de las emociones. Implementar técnicas como la meditación, la respiración profunda o el yoga pueden ser de gran ayuda. Además, es crucial cuidar el sueño y dormir de 7 a 8 horas al día para tener una excelente recuperación del cuerpo después de las actividades diarias.
En cuanto a la insulina, es esencial tener una dieta baja en azúcares y carbohidratos ultraprocesados, así como incrementar la ingesta de fibra para relentizar la absorción de glucosa en la sangre. Además, debemos tener una excelente rutina de ejercicios qué incluya tanto entrenamientos de fuerza que promuevan el fortalecimiento muscular, como ejercicios cardiovasculares. Estos factores en conjunto brindaran una salud fortalecida.