Víctor de Aldama, supuesto conseguidor y uno de los principales beneficiarios de la trama Koldo, que acorrala al PSOE a nivel judicial e institucional, fue cocinero antes que fraile, o dicho de otro modo, ordenaba lineales y servía bebidas antes que ostentar cargos de relevancia, como ser presidente del Zamora, cónsul honorario de la embajada de Georgia y administrador de dos de las empresas que más dinero se llevaron con los contratos públicos de las mascarillas de Koldo.
Sus últimos pasos en su vida laboral se centraron en las adjudicaciones realizadas por los Ministerios de Transportes, Interior y Sanidad y también de otras administraciones, como Canarias y Baleares durante las etapas de Ángel Víctor Torres y Francina Armengol, ministro de Política Territorial y presidenta del Congreso, respectivamente. No obstante, a lo largo de su carrera profesional, Aldama ha pasado por varios cargos inusuales para llegar a ser millonario después.
Aldama, el presunto conseguidor de la trama Koldo, cuenta con un total de 22 años, dos meses y un día cotizados hasta el pasado 21 de mayo, día en el que la Guardia Civil pidió el informe a la Seguridad Social. En esas 8.095 jornadas, Aldama desempeñó actividades muy diversas. Así las cosas, estuvo como administrador de la empresa Deluxe Fortune SL, adjudicataria de los sospechosos contratos públicos en la operación Delorme, la de las mascarillas de Koldo.
Según la vida laboral, el máximo dirigente del Zamora ha pasado pluriempleado 610 días, es decir, 20 meses, para contabilizar un total de 7.485 descontando los días superpuestos. Y es que, Aldama sirvió a los clientes antes de apropiarse de forma presuntamente fraudulenta del dinero público, aprovechando los contactos con Koldo García y con Juan Carlos Cueto, dos personajes clave en la trama Koldo.
ALDAMA Y SUS ESTRECHOS VÍNCULOS CON KOLDO
El primero fue portero de un club de alterne, para después convertirse en concejal del PSOE de la mano del actual secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán; el segundo, es el supuesto mayor beneficiario de la trama y un hombre clave debido a sus conexiones con Koldo, Aldama y las administraciones.
En esta sociedad estaba contratado en el régimen general de la Seguridad Social desde el 18 de diciembre de 2013 al 31 de marzo de 2020. La sociedad cambió de NIF, pero mantuvo el mismo nombre desde esa última fecha. Aun así, Aldama mantuvo su cotización en el régimen general desde el 1 de abril de 2020 al 31 de marzo de 2022. Es decir, estuvo fuera de la dirección de la compañía una vez adjudicados los contratos de marras.
El rastro de la vida laboral de Aldama se pierde casi por completo desde 2006 a 2013
El rastro de la vida laboral de Aldama se pierde casi por completo desde 2006 a 2013. En esos cinco años se abre un agujero negro. No cotizó ni un solo día desde el 31 de diciembre de 2006 hasta el 1 de marzo de 2013, día en el que monta Deluxe Fortune.
ALDAMA, DE ‘PEÓN’ A MILLONARIO
No obstante, antes de iniciar su andadura empresarial pasó por empresas como Sabe Bien, SRL, donde apenas estuvo 174 días de alta, unos seis meses, entre el 16 de junio y el 15 de diciembre de 1996. En este trabajo tenía la cualificación de «peón», tal y como establecía el reglamento laboral de aquella época, según los registros consultados por MONCLOA. El jornal oscilaba entre los 15 y 54 euros.
Antes había pasado por la Institución Ferial de Madrid, donde solo cotizó un par de días. Se supone que para un evento puntual. Las fechas de alta corresponden al 30 de mayo, 3 y 13 de junio, mientras que se le dio de baja el 31 de mayo, 4 y 14 de junio de 1996, respectivamente. En ese empleo fue declarado en el grupo de «oficiales de tercera y especialistas». El salario oscilaba entre las 2.523 y 9.313 pesetas por jornada, es decir, entre unos 15 y 54 euros.
Era su primer empleo tras un parón de dos meses. Y es que, según la vida laboral, Aldama había trabajado en Hostelería JRJ, S.L, desde el 1 de noviembre de 1994 al 25 de marzo de 1996, con menos de 18 años. De hecho, se le incluye en una horquilla similar a las anteriormente descritas, entre los 1.953 y 9.313 pesetas, es decir, entre los 15 y los 54 euros. Para ello, estuvo 511 días.
En Alonso Aldama, empresa dedicada exclusivamente a la gestión de hostelería, estuvo 77 días de alta, entre el 27 de julio y el 11 de octubre de 1994. Es decir, siendo menor de 18 años y de camarero o aquellas tareas que le encomendaron.
EL OBJETIVO, COMPRAR UN CLUB DE FÚTBOL
De esta forma, la evolución profesional de Aldama daría un gran salto de calidad al pasar de limpiar bares y restaurantes, así como asistir a actos de un solo día para después amasar solo con un contrato público cerca de 5,5 millones de euros, repartidos en 38 cuentas y con propiedades que despatrimonializó durante el pasado año, en plenas investigaciones de la Guardia Civil.
Antes de ser conocido por el caso Koldo, Víctor de Aldama mostraba un patrimonio alto. Preside el Zamora CF desde el pasado 2018 y registra una vivienda en la lujosa urbanización de Ciudalcampo de Madrid. El dinero amasado permite escolarizar a su hija en un colegio británico no apto para todos los bolsillos, mientras comparte su ocio con su mujer, la empresaria Patricia Ramos.
SIN EMPLEO CONOCIDO, INTENTÓ COMPRAR EL CÓRDOBA
A través del Grupo Vivir salió al rescate del club de fútbol, junto a Alfredo Ruiz. Su llegada al club permitió transformarlo en una Sociedad Anónima Deportiva. Su campo de actividades va desde el sector inmobiliario hasta los servicios médicos, pasando por el negocio tecnológico, hostelería, publicidad y automoción, pero nada de ello aparece en su vida laboral.
En ese compás de espera de cinco años sin que se conozca actividad alguna -no estaba dado de alta ni de autónomo ni tampoco cotizaba en el régimen general-, Aldama quiso comprar el Córdoba en 2011 tras hacerse con la mayoría del accionariado de Signum. La compra, valorada en 8,5 millones de euros, no se materializó al faltar el pago inicial de tres millones para el traspaso de la operación. Antes del Zamora, hubo intentos de comprar otros clubes, entonces modestos, pero históricos, como el Xérez, Cádiz y el propio Córdoba.