Los países miembros de la Unión Europea (UE) acordaron aumentar significativamente los aranceles a la importación de productos agrícolas de Rusia y Bielorrusia a partir del 1 de julio, según anunció el comisario europeo de Comercio, Valdis Dombrovskis.
La medida, impulsada en marzo por la Comisión Europea, tiene como objetivo «detener la exportación ilegal de cereales robados a Ucrania» y evitar que Rusia «desestabilice el sector agrícola europeo», explicó Dombrovskis a través de la red social X.
El Consejo de la UE emitió un comunicado en el que detalla que los aranceles afectarán a «cereales, semillas oleaginosas y productos derivados procedentes de Rusia y Bielorrusia».
Estos aranceles se elevarán hasta un nivel que, en la práctica, detendrá las importaciones de dichos productos, agregó el comunicado.
Reacciones y contexto en la Unión Europea
La decisión de la Unión Europea provocó una fuerte reacción del gobierno ruso cuando fue anunciada por primera vez en marzo. Dmitri Peskov, vocero del gobierno ruso, advirtió que «los consumidores europeos con toda seguridad van a sufrir» como resultado de esta medida.
Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, había expresado previamente su frustración durante una cumbre de líderes europeos a principios de año. Zelenski criticó que, a pesar de la guerra en Ucrania, los productos agrícolas rusos seguían accediendo a los mercados europeos, mientras que los productos ucranianos enfrentaban restricciones.
Esta situación se debía a las normas establecidas por la Organización Mundial del Comercio (OMC), que especifican cuotas específicas para la importación de productos agrícolas, permitiendo así la entrada de productos rusos a Europa a pesar del conflicto.
La nueva medida de la UE busca rectificar esta situación, protegiendo tanto a los agricultores europeos como a los intereses de Ucrania en el contexto de la guerra y las disputas comerciales internacionales.