Un pueblo bajo tierra es la atracción de miles de turistas que deciden recorrer el continente de Oceanía y conocer sus particularidades. El pueblo se llama Coober Pedy y tiene la peculiaridad de que sus casas, bares y confiterías están bajo tierra.
Este pueblo, que se sitúa al norte de Adelaida, en Australia, es una localidad regida por la minería cuyo nombre deriva del término kupa-piti, el cual significa «agujero del hombre blanco» y la mayoría de su población vive bajo tierra por un particular motivo: las altas temperaturas.
Las particularidades del pueblo bajo tierra
Coober Pedy mantiene una estructura atractiva y tiene todas las opciones comunes a una ciudad turísticas: bares, cafeterías y hasta una iglesia que está construida por debajo del suelo. Esta situación tiene una explicación y, además de las altas temperaturas, una piedra preciosa es la causa de esta ciudad bajo tierra: el ópalo.
Gracias a este elemento es que los mineros se instalaron en la zona para poder trabajar en ella pero, con las altas temperaturas, eligieron edificar un pueblo entero bajo tierra. Casas y diferentes construcciones modernas son las que forman parte de esta localidad que tiene un sistema moderno para poder “respirar” cuando te encuentras en ella: cada edificación tiene huecos por donde se permite la circulación del aire. Para los visitantes se tiene permitido acampar bajo tierra u hospedarse en un mágico hotel subterráneo.
Vivir en un pueblo, una experiencia extraordinaria

Cada pueblo tiene su particularidad y vivir en ellos puede implicar una experiencia extraordinaria. En la inmensidad del mundo existen localidades extrañas, con particularidades y características increíbles que los hacen únicos. Uno de los pueblos destacados es Svalbard, en el Océano Glaciar Ártico, donde el clima es tan extremo que el cadáver no se descompone por lo que un enfermo terminal debe mudarse a otro lado para poder morir.
Al igual que en Coober Pedy en Matmata, al sur de Túnez, los pobladores eligieron dejar de lado el confort y la comodidad para vivir en sus hogares tradicionales que fueron excavados en la montaña. De esta manera, se protegen del calor y el frío en las distintas temporadas. En la inmensidad de pueblos extraños del mundo, también se encuentra la localidad de Bourtange, en Países Bajos, la cual posee la particular forma de una estrella. Algo que no es casualidad porque en el siglo XVI se construyó esta fortaleza, que fue de las más avanzadas del momento.