Sudáfrica celebra unas elecciones legislativas consideradas las más reñidas desde el fin del apartheid hace tres décadas. En estos comicios, el Congreso Nacional Africano (CNA), el partido del fallecido Nelson Mandela, podría perder por primera vez la mayoría absoluta.
Los sudafricanos no votan directamente al Presidente, sino que eligen a los partidos que designarán a los representantes en la Asamblea Nacional, quienes a su vez designarán al presidente para los próximos cinco años.
Por primera vez desde la llegada de la democracia en 1994, el partido que puso fin al apartheid y sacó a millones de personas de la pobreza podría verse obligado a negociar una coalición para mantener el poder. Los escándalos por corrupción, el desempleo del 33%, el crimen y los continuos cortes de electricidad han erosionado la confianza en el CNA.
1La oposición pide el voto para «rescatar Sudáfrica»
John Steenhuisen, líder de la Alianza Democrática (AD), el principal partido de la oposición, pidió el voto para «rescatar Sudáfrica«.
«Podemos tener un Gobierno de Sudáfrica que trabaje para la gente y no para los políticos. Podemos tener colegios en los que se enseñe, hospitales en los que se cure, una economía que crezca y trabajo para más ciudadanos. Podemos combatir el hambre y la pobreza», afirmó después de votar en Durban, en la provincia de KwaZulu-Natal.
Steenhuisen, a quien los sondeos colocan en segundo lugar tras el CNA, acudió acompañado de su hija Caroline al centro electoral donde ha votado desde 1994.
«Hoy he votado por el cambio, para hacer de mañana un país mejor, y hago un llamamiento a todos los ciudadanos para que se unan a nosotros en nuestra misión de rescatar Sudáfrica», instó.
La AD, heredera de la dirigencia política blanca que se oponía al apartheid, tradicionalmente ha sido asociada al voto de la minoría blanca, que representa el 7.7% de la población.
La votación más impredecible
Durante 30 años de democracia en Sudáfrica, los votantes han sido leales al partido que liberó al país del apartheid, prometiendo educación, agua, techo y derecho de voto para todos. Sin embargo, la popularidad del CNA está en declive. En las elecciones de 2019 obtuvo el 57% de los votos, pero los sondeos actuales le otorgan alrededor del 40%.
La frustración crece entre los 62 millones de habitantes debido al desempleo, la criminalidad, los escándalos de corrupción y los cortes de agua y electricidad.
En un discurso a la nación, el presidente Cyril Ramaphosa defendió su gestión y subrayó los progresos en la lucha contra la corrupción y en la producción eléctrica. Después de votar en Soweto, aseguró que no había «ninguna duda de que el pueblo seguirá confiando una vez más en el CNA».
Un giro en la historia política del país
La votación constituye «un giro en la historia política del país», según Aleix Montana, del gabinete de asesoría de evaluación de riesgos Verisk Maplecroft. Es «sin ninguna duda la más imprevisible desde 1994», afirmó el analista político Daniel Silke.
Si el CNA obtiene menos de 201 escaños, Ramaphosa deberá negociar con partidos opositores y diputados independientes para asegurarse la mayoría.
A su derecha, la Alianza Democrática propone privatizaciones y desregulación, mientras que a la izquierda se sitúan el partido uMkhonto we Sizwe (MK) del expresidente Jacob Zuma y la formación Luchadores por la Libertad Económica (EFF), que promueve reformas radicales como la redistribución de tierras y nacionalizaciones.
Con un número récord de votantes inscritos, un millón más que en 2019, y colas desde antes de la apertura de los colegios electorales, se palpa el entusiasmo en la población, preocupada por la corrupción, el coste de la vida y la inseguridad.
Aunque la Comisión Electoral Independiente (IEC) dispone de siete días para proclamar los resultados oficiales, está previsto que se den a conocer el 2 de junio.
