Descubre el sabor único de la soda probiótica, una bebida saludable que combina la frescura del jengibre con la exótica dulzura del maracuyá. Su elaboración artesanal comienza con la creación del «bichito de jengibre», también conocido como «ginger bug», un fermento casero que transforma simples ingredientes en una deliciosa y burbujeante bebida probiótica.
El «bichito de jengibre» es una especie de masa madre, pero en lugar de harina de trigo, se alimenta de jengibre rallado, azúcar y agua sin cloro. Esta mezcla nutre las levaduras y bacterias lactobacillus presentes en el aire, dando como resultado un fermento ligeramente ácido y burbujeante, esencial para la creación de la soda probiótica.
Bichito de jengibre para crear la soda probiótica

El proceso de alimentación del bichito de jengibre se lleva a cabo durante varios días durante 24 horas, permitiendo que las bacterias y levaduras se desarrollen y creen un ambiente propicio para la fermentación. Con cada día de alimentación, el fermento se vuelve más activo y efervescente, listo para transformar la mezcla en una refrescante soda probiótica.
Para prepararlo, se sigue un proceso de alimentación durante cuatro días consecutivos. En el primer día, se mezclan 2 cucharadas de jengibre rallado, 1 cucharada de azúcar y 2 cucharadas de agua sin cloro. El segundo día se refuerza la mezcla con 4 cucharadas de jengibre, 2 cucharadas de azúcar y 4 cucharadas de agua. En el tercer día, manteniendo la misma proporción, se observa la aparición de burbujas, señal de fermentación activa. Finalmente, en el cuarto día, se vuelve a la relación inicial para alimentar el bichito. Después de estos cuatro días, estará listo para usar en la preparación de la soda probiótica.
Cómo preparar esta bebida saludable
Una vez que el bichito de jengibre está listo, se coloca en una botella esterilizada junto con pulpa de maracuyá y agua filtrada. La mezcla se deja reposar herméticamente durante un día a temperatura ambiente, permitiendo que los sabores se mezclen y que se genere la carbonatación naturalmente. Al segundo día, la soda probiótica se guarda en el refrigerador para detener la fermentación y se sirve con mucho hielo, ofreciendo una experiencia refrescante y saludable.
Es importante dejar espacio en la botella para la expansión del gas durante la fermentación y, en condiciones extremas de temperatura, se puede acelerar el proceso guardando la botella en el refrigerador por un par de días adicionales. Con su sabor único y sus beneficios probióticos, la soda probiótica es una opción refrescante y saludable para disfrutar en cualquier momento del día. Experimenta con diferentes sabores de frutas y hierbas para crear tu propia versión personalizada de esta deliciosa bebida casera.