Tarta de queso fácil: descubre el secreto para un sabor único

La tarta de queso es un postre clásico que ha cautivado a personas de todo el mundo. Su versatilidad y su capacidad para adaptarse a diferentes sabores y texturas la convierten en una opción perfecta para cualquier ocasión, ya sea una cena elegante o una reunión informal. ¿Quieres descubrir el secreto detrás de este sabor único? ¡Sigue leyendo!

Para la tarta de queso necesitarás 2 tazas de migas de galleta Graham, 1/2 taza de mantequilla sin sal derretida y 1/4 de taza de azúcar granulada para la corteza. Para el relleno, asegúrate de tener 4 paquetes de queso crema (8 onzas cada uno), 1 taza de azúcar granulada, 1 taza de crema agria, 1 cucharadita de extracto de vainilla y 4 huevos grandes. Además, reserva 3/4 de taza de salsa de caramelo salada para integrar en la mezcla de queso crema. Para el topping, necesitarás 1/2 taza de salsa de caramelo salada adicional, sal marina escamosa y crema batida para servir.

Preparación de la base y el relleno de la tarta de queso

Preparación de la base y el relleno de la tarta de queso

El primer paso es preparar la base de la tarta de queso. Precalienta tu horno a 350°F (175°C) y mezcla las migas de galleta Graham con la mantequilla derretida y el azúcar en un tazón. Luego, presiona firmemente esta mezcla en el fondo de un molde de tarta y hornéala durante aproximadamente 10 minutos. Una vez horneada, déjala enfriar mientras te ocupas del relleno.

Para el relleno de la tarta de queso, reduce la temperatura del horno a 325°F (160°C). Bate el queso crema con el azúcar hasta obtener una mezcla suave y homogénea. Luego, incorpora la crema agria y el extracto de vainilla, asegurándote de mezclar bien todos los ingredientes. Agrega los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada adición. El secreto especial llega al incorporar 3/4 de taza de salsa de caramelo salada a la mezcla, lo que le dará a tu tarta un sabor único y delicioso.

Cocción y toque final

Cocción y toque final

Vierte la mezcla de tarta de queso sobre la base previamente horneada y alísala con una espátula. Llévala al horno y hornea durante 55-60 minutos, o hasta que esté casi firme en el centro pero aún ligeramente tambaleante. Una vez lista, apaga el horno, deja la puerta entreabierta para que se enfríe dentro del horno durante aproximadamente 1 hora.

Después de este tiempo, traslada la tarta a la nevera y déjala reposar durante al menos 4 horas, o preferiblemente durante toda la noche, para que se asienten los sabores y la textura se vuelva aún más cremosa. Antes de servir, añade el toque final: bañar la tarta con la salsa de caramelo salada adicional y espolvorea un poco de sal marina escamosa por encima para resaltar los sabores. Acompaña cada porción con una generosa porción de crema batida para una experiencia verdaderamente exquisita.