El panorama político de Vox en Madrid se encuentra en plena efervescencia debido a dos de sus figuras más destacadas: Rocío Monasterio y José Antonio Fúster. El támden entre ambos ha provocado la envidia de un sector de Vox. En un inicio, estos críticos habían asegurado que el ascenso de Fúster se debía a una supuesta lucha de poder, pero nada más lejos. Según han asegurado fuentes de la formación a MONCLOA, Fúster y Monasterio tienen una muy buena relación profesional. «Fue ella quien dio la luz verde al ascenso del nuevo portavoz de Vox», afirman las voces consultadas.
Rocío Monasterio, conocida por su liderazgo y ahora por su controversia en la Asamblea de Madrid debido a un voto fantasma que resultó en la suspensión de su sueldo durante 15 días, ha sido una figura central en la delegación madrileña de Vox.
Fúster se ha consolidado como portavoz nacional del partido y convirtiéndose en uno de los imprescindibles para Santiago Abascal a nivel nacional. Tal es la sintonía entre ambos, que Fúster no invade el espacio de Monasterio en la Asamblea de Madrid, donde es diputado y portavoz adjunto segundo.
Fúster ha experimentado un notable ascenso, consolidándose como portavoz nacional del partido y convirtiéndose en uno de los imprescindibles para Santiago Abascal a nivel nacional
La estructura de liderazgo en la delegación madrileña de Vox sitúa a Monasterio como la cabeza visible, seguida por Íñigo Henríquez de Luna como portavoz adjunto primero, y finalmente Fúster. Este organigrama refleja la jerarquía y posibles tensiones internas, donde Fúster, a pesar de su importancia a nivel nacional, se ve relegado a una posición secundaria en el ámbito regional.
El ascenso de Fúster y su creciente influencia en la esfera nacional se mezcla con el foco de Monasterio, situado en Madrid, una plaza donde se está librando toda la política española.
La estrategia de los líderes para consolidar su posición y ampliar su influencia dentro del partido. La evolución de esta dinámica será crucial para entender el futuro de Vox en Madrid y a nivel nacional, especialmente en un contexto político cada vez más competitivo y polarizado.
FÚSTER OCUPA AHORA LA PORTAVOCÍA NACIONAL DE VOX DE GARRIGA
En un movimiento estratégico, Santiago Abascal, líder de Vox, decidió hace unos meses reemplazar a Ignacio Garriga como portavoz nacional del partido, designando en su lugar a José Antonio Fúster, diputado en la Asamblea de Madrid. Esta decisión se tomó en el contexto de las elecciones en Cataluña, con el objetivo de que Garriga pudiera concentrarse plenamente en los comicios catalanes.
Aunque inicialmente se esperaba que Garriga retomara su puesto como portavoz nacional tras el 12 de mayo, este retorno no se ha materializado, dejando a Fúster en el cargo de manera indefinida. A diferencia de Garriga, Fúster no ostenta ningún otro cargo orgánico dentro del partido ni forma parte del Comité Ejecutivo Nacional, lo que podría interpretarse como un signo de su dedicación exclusiva a la portavocía nacional.
En su rol actual, Fúster acompaña a Rocío Monasterio semanalmente en las sesiones de control al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, reforzando la presencia y la voz de Vox en la Asamblea de Madrid. Además de su labor política, Fúster tiene una destacada trayectoria en el ámbito periodístico. Es jefe de Opinión y Editoriales de ‘La Gaceta de la Iberosfera’, un medio afín a Vox, y ha sido director de ‘La Gaceta’, de la revista ‘Chesterton’ y de Medios Digitales en el Grupo Intereconomía. También ha trabajado en ‘La Razón’ y se formó en la Escuela del ‘ABC’.
Por otro lado, está estrechamente vinculado a la Fundación Disenso, un think tank de ultraderecha liberal presidido por Santiago Abascal, que cuenta con Rocío Monasterio entre sus patronos. Esta fundación refuerza la red ideológica y de apoyo dentro del partido, y la presencia de Fúster en ella subraya su alineación con los valores y objetivos de Vox.
«TODO SIGUE IGUAL»
El reciente ascenso de José Antonio Fúster a la política nacional como portavoz de Vox no pasó desapercibido, especialmente en la Asamblea de Madrid, donde Rocío Monasterio sigue siendo una figura central.
Este aparente equilibrio en la Asamblea de Madrid contrasta con el reconocimiento que Fúster recibió en el mes de marzo a nivel nacional. En el Parlamento madrileño, Rocío Monasterio continúa liderando y prefirió confiar en Íñigo Henríquez de Luna como su principal apoyo en los plenos de los jueves. Henríquez de Luna, quien se unió a Vox tras su salida del Partido Popular, fue el elegido por Monasterio para ocupar el rol de lugarteniente.