Desde Rusia decidieron probar la «determinación» que tiene la OTAN, buscando que los guardias fronterizos del Kremlin quitaran las boyas que marcan la frontera marítima entre Moscú con Estonia. De esta manera, el Ministerio de Relaciones Exteriores anunció que, durante el jueves en la noche, las fuerzas rusas retiraron «unilateralmente» la frontera flotante.
Ante esta situación, desde el Ministerio de Estonia, esto «encaja bien en el patrón más amplio de comportamiento provocador de Rusia, incluso en sus fronteras con sus vecinos, más recientemente con Lituania y Finlandia», dice el comunicado.
Sin embargo, añaden que la respuesta por parte de este país va a ser totalmente «tranquila y lúcida». «Trataremos esto como un incidente fronterizo provocador. Comunicaremos a la Federación de Rusia, a través de nuestros representantes fronterizos y canales diplomáticos, que tales acciones son inaceptables. Exigiremos una explicación sobre la retirada de sus boyas y su devolución inmediata», dice el Gobierno.
1Acuerdo entre Rusia y Estonia
Las boyas, que en este momento son causales de alerta, son un acuerdo nacido en 2022 entre Tallin y Moscú, en el cual se colocan estos objetos en cada primavera, marcando así la línea de control temporal en la frontera terrestre, que abarca el lecho del río que va cambiando según la estación temporal.
Previo a la guerra que se desató con Rusia y Ucrania, desde Moscú estaban de acuerdo. Sin embargo, un año después (2023), las perspectivas cambiaron. «Rusia anunció que no estaría de acuerdo con la ubicación de aproximadamente la mitad de las 250 marcas flotantes previstas. Son necesarias para evitar errores de navegación, para que nuestros pescadores y otros aficionados no se adentren accidentalmente en aguas rusas».
De momento, desde Rusia no se han pronunciado de manera oficial respecto a este tema, pero desde la OTAN señalan que hay preocupación por las distintas tensiones que Moscú está ocasionando con diversos países.