Los vellos encarnados, también conocidos como folículos pilosos encarnados, son un problema dermatológico muy común que puede afectar a cualquier persona que recurra a la afeitadora, a la depilación con cera o, incluso, al uso de pinzas. Aunque pueda parecer una incomodidad inofensiva, la verdad es que los vellos encarnados pueden resultar peligrosos en algunos casos si no se tratan de la forma adecuada.
Este problema se presenta especialmente cuando el vello crece en la dirección incorrecta, de modo que en lugar de salir por la piel, hace una curva y sigue creciendo dentro. Esto genera inflamación, enrojecimiento, dolor y, en algunos casos infección. Cuando el vello queda encarnado, su apariencia es muy similar a la de un grano y debe ser tratado con cuidado.
Estas son las causas principales de los vellos encarnados
Una de las principales causas de los vellos encarnados es la mala técnica de afeitado o depilación. Muchas de estas cortan el vello por encima de la superficie de la piel, lo cual incrementa el riesgo de vellos encarnados, pero no es la única causa. Cuando la piel se encuentra muy seca puede hacer que resulte más difícil que el vello atraviese la piel y aumenta las probabilidades de que se encarne y genere una infección o herida.
Otro factor de riesgo es el uso constante de ropa ajustada, debido a que esta puede frotar constantemente con la piel y generar una irritación en los folículos pilosos, incrementando así las posibilidades de que los vellos queden encarnados. Además, un factor poco conocido es el uso de ciertos medicamentos cómo los esteroides, que generan cambios en la piel y pueden impedir que el vello salga con normalidad.
¿Cómo evitar los vellos encarnados?
Lo primero que debemos hacer para prevenir que los vellos se encarnen es mejorar nuestra técnica al momento de rasurar o depilar. Lo ideal es afeitarse en la dirección del crecimiento del vello, esto ayuda a prevenir que el pelo se corte en un ángulo extraño y se encarne. Igualmente, es necesario realizar exfoliaciones que eliminen las células muertas de la piel, qué suelen obstruir los poros y dificultar la salida del pelo.
Es muy recomendable usar cremas humectantes cotidianamente y, especialmente, después del rasurado. De esta forma, se evitará la sequedad en la piel, además de mejorar la salud dermatológica en general. Si el problema persiste y no ves mejoría, la mejor alternativa es asistir con un médico especialista para que indique el mejor tratamiento adaptado a tus necesidades.