Aunque suene un poco a teorías de la conspiración, lo cierto es que el ser humano cuenta con la tecnología avanzada para crear nubes y provocar lluvias a voluntad. La siembra de nubes es una técnica meteorológica que se utiliza para estimular la precipitación y, por ende, aumentar la cantidad de lluvia en una región específica. Esta práctica se ha empleado en diversos países para mitigar la sequía, mejorar el suministro de agua y, en algunos casos, reducir la severidad de tormentas de granizo. Aunque no es una solución definitiva a la sequía global, podría llegar a ser una herramienta complementaria para la gestión de recursos hídricos.
5PRINCIPALES PROBLEMAS DE LA SIEMBRA DE NUBES
La gran pregunta es, si se pueden provocar lluvias, ¿por qué no se hace con más frecuencia para solucionar los graves problemas de sequía que se están sufriendo en diferentes partes del mundo? Aunque la siembra de nubes ha demostrado ser efectiva en ciertos contextos, presenta varios problemas y limitaciones que impiden su aplicación a gran escala como solución a la sequía mundial.
Por un lado la eficacia de este procedimiento depende en gran medida de las condiciones atmosféricas y la disponibilidad de nubes adecuadas. Como apuntábamos, tienen que existir nubes y contar estas con ciertas características específicas. Por lo tanto, no siempre es posible garantizar que la siembra resultará en precipitaciones significativas. En situaciones de sequía extrema donde no hay humedad atmosférica suficiente, esta técnica no es viable.
Por otra parte, aunque el yoduro de plata y otros agentes de siembra se utilizan en pequeñas cantidades, existe preocupación sobre su acumulación y posibles efectos a largo plazo en el medio ambiente y la salud humana. La investigación sobre estos impactos es limitada. Además, la siembra de nubes es un proceso costoso, especialmente cuando se utilizan aviones. Los costos incluyen el mantenimiento de la flota, los productos químicos y la mano de obra especializada.