Descubre cómo manipulan el clima para crear nubes y así provocar que llueva

Aunque suene un poco a teorías de la conspiración, lo cierto es que el ser humano cuenta con la tecnología avanzada para crear nubes y provocar lluvias a voluntad. La siembra de nubes es una técnica meteorológica que se utiliza para estimular la precipitación y, por ende, aumentar la cantidad de lluvia en una región específica. Esta práctica se ha empleado en diversos países para mitigar la sequía, mejorar el suministro de agua y, en algunos casos, reducir la severidad de tormentas de granizo. Aunque no es una solución definitiva a la sequía global, podría llegar a ser una herramienta complementaria para la gestión de recursos hídricos.

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¿CÓMO FUNCIONA?

El proceso de siembra de nubes se basa en la introducción de núcleos de condensación o cristales de hielo en las nubes. Las sustancias más comúnmente utilizadas son el yoduro de plata, el hielo seco (dióxido de carbono sólido) y la sal común (cloruro de sodio). Estos materiales actúan como núcleos alrededor de los cuales el vapor de agua puede condensarse o sublimarse, formando gotas de agua o cristales de hielo.

Esto quiere decir que no se crean nubes, sino que se estimulan las nubes ya existentes. Además, para que este procedimiento funcione tienen que encontrarse un tipo de nubes específicas y susceptibles a la siembra. Las idóneas son las que se encuentran a temperaturas muy frías entre los 10 y 20ºC bajo cero, con grandes cantidades de agua sobreenfriada. A menudo se cree que el yoduro de plata se utiliza para evitar que no llueva pero la realidad es que el propósito principal es evitar el granizo, que suele ser altamente destructivo para las cosechas.