Debido a las tensiones actuales entre China y Taiwán, desde Taipéi empezaron a poner en posición sus misiles antibuque supersónicos III (HF-3) dado que desde el gigante asiático iniciaron ejercicios militares como «castigo» en contra de los separatistas.
Esta declaración, que más adelante fue complementada por el portavoz de la diplomacia china, Wang Wenbin, generaron el pensamiento hacia una posible invasión por parte de de Pekín a Taipéi. Según dijo, se trata de una «advertencia seria», la cual va dirigida a los «independentistas de la isla» los cuales acabarán «ensangrentados».
Ante la escalada de tensiones, las fuerzas militares taiwanesas empezaron a posicionarse para estar preparados en caso de existir una invasión. «Continuaremos defendiendo los valores de la libertad y la democracia», expresó el presidente Lai. Añadió que permanecerá «en primera línea con nuestros hermanos y hermanas en el ejército para defender juntos la seguridad nacional».
Debe decirse que China y Taiwán son gobiernos separados desde 1949, cuando finalizó la guerra civil. Sin embargo, los chinos han considerado de manera constante el uso de la fuerza para retomar la soberanía.
Además de ello, la Guardia Costera de Taiwán ha desplegado su flota para «monitorizar los movimientos en las aguas marítimas circundantes». Incluso, en redes sociales mostraron un video en el que piden a los buques chinos a que abandonen la zona dado que «sus movimientos afectan al orden y a la seguridad de nuestro país. Den media vuelta y dejen nuestras aguas lo antes posible».
1De qué se tratan los misiles antibuque supersónicos
Estos misiles antibuque supersónicos están entre los más mortíferos, el cual su nacimiento tiene orígenes en la Unión Soviética y se continúan produciendo hasta la actualidad.
Su desarrollo se enfoca en armar destructores y corbetas de misiles guiados para que puedan atacar a sus enemigos de los portaaviones, destruyendo así su capacidad aérea. Sin embargo, estos, durante el tiempo de la Unión Soviética, algunos ingenieros consiguieron descifrar su patrón de vuelo, que se caracteriza por rozar el mar a una velocidad supersónica.
Dependiendo de la versión, el alcance suele oscilar entre los 90 a los 250 kilómetros, por lo que su rango no es muy alto. Sin embargo, pese a tener un patrón definido, es uno de los misiles más difíciles de detectar porque al ser supersónico, indica que sobrepasa la velocidad del sonido.