Crema de calabacín: el ingrediente secreto de la abuela para que te salga más cremosa

La crema de calabacín es ese plato en el que no solemos pensar un viernes por la noche cuando salimos del trabajo. El cuerpo nos pide comida chatarra o algo fuera de lo convencional. Sin embargo, sí es una receta para preparar en casa un día que tenemos mucho frío o tenemos ganas de tomar algo que nos reconforte. Muchos piensan que este tipo de platos son solo para días en los que nos sentimos enfermos, pero la realidad es que es extremadamente exquisita y puede incluso ponernos de mejor humor.  

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Crema de espárragos verdes: seguimos con el plato estrella 

Una vez que termine la cocción, retiramos los ingredientes de la crema de espárragos para batirlos con la ayuda de una batidora eléctrica. Es momento de añadir los espárragos trigueros que habíamos reservado, junto con la nata y el caldo. En este punto puedes optar por guardar algunas puntas de espárragos para decorar al final. Batimos bien la mezcla evitando que se generen grumos y fibras. Puedes usar pasapurés también en este parte de la elaboración. La crema tiene que quedar con cierto cuerpo, un punto intermedio antes de llegar a convertirse en caldo.