La salida de Pere Aragonès de ERC deja el camino abierto a la investidura de Salvador Illa. El líder del PSC tendrá que conseguir el apoyo de los 20 diputados republicanos, pero éstos al mismo tiempo tendrán que trabajar meticulosamente su discurso tras las palabras del hasta ahora presidente de la Generalitat. «Los catalanes nos han mandado a la oposición», señalan, pero eso no quiere decir que se pueda investir presidente y no entrar al mismo tiempo en el Govern.
«El desgaste de la gestión y bajo la presión de negociar todas las leyes será para Salvador Illa», admiten desde Esquerra, pero era necesaria la salida de Pere Aragonès, quien rechaza por activa y por pasiva tener que votar al candidato socialista tras la guerra en la precampaña y campaña electoral. «Era imposible que el líder de ERC diera su voto», destacan.
Por otro lado, advierten que habrá fricciones, con una dura negociación y con un silencio impuesto por la dirección a todos los cargos y dirigentes hasta que se conozca primero el voto de los catalanes en el Exterior –hay dos escaños del PSC en juego, uno para la CUP y otro para Junts- y armar un argumentario sólido para evitar que la decisión cale negativamente en el electorado, que abandona el partido a marchas forzadas, con caídas de más del 40% en apenas unos meses, como se ha visto en las municipales, generales y ahora en las autonómicas.
LA ABSTENCIÓN DE ERC E ILLA, PRESIDENT EN SEGUNDA VUELTA
Por su parte, Puigdemont tratará de evitar que ERC se entregue a Salvador Illa. «Será el fin de los republicanos. Apoyan a los súbditos de Pedro Sánchez», afirman fuentes cercanas al expresident de la Generalitat. Ese mismo escenario, el del hundimiento de ERC, se produciría en caso de una repetición electoral. «Para ERC no hay tabla de salvación si van a elecciones», indican.
Para ERC no hay tabla de salvación si van a elecciones
Los republicanos decidirán ahora si dan el sí a Illa y se quedan en la oposición o bien le conceden el apoyo exigiendo la entrada en la Generalitat. Pero los socialistas dieron su apoyo con sus 33 escaños, los mismos que tenía ERC antes de estos comicios. Los socialistas han apoyado todas las medidas de Aragonès, como los Presupuestos, mientras que trataron de convencer a los Comuns para evitar la convocatoria electoral. Sin embargo, los de Jéssica Albiach se negaron a aceptarlos.
Con este panorama y si Puigdemont no lo remedia, ERC acabará dando sus votos a Illa. Eso sí, esta elección tendrá sus consecuencias en La Moncloa. Y es que, Carles Puigdemont ha esgrimido la posibilidad de ser presidente con el apoyo de ERC y la abstención de los socialistas. El acuerdo, según afirma, se habría firmado en la mesa de Suiza, pero Ferraz ni confirma ni desmiente las palabras y sale en tromba para exigir que el líder del PSC sea el próximo presidente de la Generalitat.
EL VOTO EN CONTRA DE PUIGDEMONT EN TODOS LOS ESCENARIOS
Quienes conocen bien al PSOE afirman que no hay ningún miedo a la decisión de Carles Puigdemont, incluso con la amenaza de bloquear la legislatura. «La situación podría torcerse por completo en el Congreso», destacan. No obstante, confían en Santos Cerdán para que no exista una ruptura total. Si hay elecciones generales, «Junts y Puigdemont podrían pagarlo muy caro en las urnas». El propio líder de los independentistas afirmó que dejaría la política si no es investido presidente, una opción que se materializaría si ERC le da la espalda.
No obstante, existe la llamada vía constitucionalista, pero Illa tiene muy clara la negativa de PPC y Vox. El PSOE y el PSC prometieron aislar a la «extrema derecha» de Vox y PP desde el inicio del ciclo electoral de este 2024. El mensaje se difundió en las elecciones gallegas, se propagó para las vascas y se repitió hasta la saciedad en Cataluña.
Pedro Sánchez se ha encargado personalmente de lanzar soflamas contra Vox y PP, como afirmar que las leyes de la concordia pactadas en Valencia, Aragón y Castilla y León son un «ataque al derecho internacional»; o que las siglas PP y Vox «son las siglas del mismo retroceso»; o que la «mejor manera de frenar a la «ultraderecha», la independentista y de la del PP Feijóo y Vox, es votar a Salvador Illa como presidente de la Generalitat».
LA SUMA CONSTITUCIONALISTA: EL PPC VOTA A FAVOR Y VOX SE ABSTIENE
Pero los resultados muestran ahora que el Gobierno del PSC podría pasar directamente por el PP de Alejandro Fernández y por Vox, con Ignacio Garriga al frente. Y es que, la suma del PSC (42), junto con el voto favorable de los Comuns (6) y PP (15) sumarían un total de 62 escaños. Los independentistas, por su parte, alcanzan los 59 asientos con Junts (35), ERC (20), CUP (4) y Aliança Catalana (2). Solo la abstención de Vox lograría decantar la balanza al bloque más votado. Y en esas está el PSOE de Pedro Sánchez, abriendo todas las puertas posibles para tratar de materializar la victoria en las urnas también en el Parlament.
Carles Puigdemont lo ha dejado muy claro en su ultimátum para anunciar que se presentará a la investidura. «Lo dijimos claramente en campaña. No nos apoyaremos en la extrema derecha para gobernar. ¿Puede decir lo mismo el PSC de Salvador Illa?», se ha preguntado. Y es que, en Junts han hecho también esta cuenta y conocen perfectamente que el PSC y el PSOE trabajarán todas las vías posibles, incluida también la posible abstención de ERC para evitar que los once de Vox sean decisivos.
ERC Y SU ABSTENCIÓN, CLAVE SI EL PPC APOYA
En este sentido, la situación en Cataluña es muy similar a la de Barcelona, donde el PSC de Jaume Collboni gobierna sin el apoyo de ningún grupo. En el Parlament, en cambio, si no hay un gobierno, aunque sea en minoría, la única solución pasaría por una repetición electoral. Y es aquí donde trabaja el independentismo. Pere Aragonès, incombustible en su trabajo, ha abandonado, dejando a ERC que tome su propio camino, sin anclas ni ataduras.
Es sabido que la confrontación entre Aragonès y Puigdemont es más que un hecho, pero el primero es hombre de partido y no busca sus propios intereses personales. Podría haberse quedado dentro de ERC y liderar la oposición independentista de izquierdas, pero ha preferido dar el paso al lado para evitar una más que posible guerra interna, una más, dentro de ERC.
Aragonès, fiel a sus principios, deja ahora la decisión en poder de Laura Vilagrà, Oriol Junqueras, Marta Rovira, Sergi Sabrià y Marta Vilalta. También tendrá que decidir Joan Ignasi Elena en esta difícil situación.
ERC NO ENTRARÍA EN EL GOVERN EN NINGÚN CASO
Por un lado, ERC podría entrar en la Generalitat con el PSC y los Comuns de Jéssica Albiach. El tripartito tendría la mayoría absoluta, pero Aragonès cerró esa puerta antes de decidir dejar la política. «ERC irá a la oposición», afirmó tras la debacle en las urnas del pasado domingo. Sin los votos de los republicanos, el PSC tendrá que mirar al caladero considerado constitucionalista, PP y Vox. Pero ni los ‘populares’ de Alejandro Fernández ni mucho menos los conservadores de Garriga y compañía están por la labor.
Por un lado, Alejandro Fernández ha impuesto una serie de condiciones para dar el voto a Salvador Illa en la investidura. «El PSC debe romper todos los pactos con los independentistas y dejar caer toda institución que gobierne con ellos», afirman. Así, los socialistas perderían alcaldías en municipios, instituciones como Diputaciones y Consejos Comarcales, direcciones y puestos intermedios, entre centenares de cargos.
Vox, por su parte, ha respondido a la insinuación con una respuesta contundente. «Votaremos en contra de Salvador Illa», han asegurado. Es decir, no solo no permitirían hacer presidente de la Generalitat a la «muleta del independentismo», sino que bloquearían cualquier opción a quien «nos ha insultado durante toda la campaña electoral».