Dos mesas electorales se miran con lupa en estas elecciones autonómicas de Cataluña. Son las únicas urnas abiertas en Fogars de la Selva (Barcelona), un pequeño municipio con cerca de 1.600 habitantes y al que están llamados más de 1.200 personas.
Sin miedo al error, en este municipio catalán se da la particularidad de acertar el presidente de la Generalitat en todas y cada una de las votaciones, incluso en 2006, cuando CiU ganó las elecciones, pero gobernó el PSC.
Con el 100% escrutado, el PSC ha obtenido 160 votos (28 más que en 2021) que es el 23,88%, Cat-Junts+ 133 votos (9 más) lo que supone el 19,85%, Vox 104 votos (25 más) que equivale al 15,52%, ERC 87, que es un 12,98% y PP 71 (53 más), que es 10,59%.
Fogars se ubica en la comarca de La Selva (Girona) a pesar de pertenecer a la provincia de Barcelona, una singularidad que gestiona Josep Vilà i Camps desde hace 45 años, al ser el alcalde del municipio desde 1979. De hecho, es tan querido en el municipio que no tiene rival y se declara independiente, que no independentista. Centrado en su pueblo, Vilà i Camps ostenta la mayoría absoluta con seis de los nueve concejales que conforman el municipio.
El resultado de Fogars de la Selva muestra un resultado talismán para el ganador en el municipio. En las últimas trece elecciones tan solo falló una única vez y acertó en el resto. En 2015, JxSí obtuvo la victoria en el municipio y gobernó; en 2021, ganó el PSC, pero fue frenado por el pacto entre ERC y Junts. En 2017, ganó Ciudadanos en este municipio, pero no se permitió a Inés Arrimadas llegar a la investidura.
Solo en 2006 fallaron estas dos mesas electorales. En aquellas elecciones ganó CiU, pero el tripartito entre PSC, ERC e ICV gobernó. Asimismo, la participación en este municipio es ligeramente inferior a la media de Cataluña. De hecho, según los datos de participación, ésta cae en el pueblo en un 0,25% frente al crecimiento del 4% del resto de Cataluña, especialmente en Barcelona.
En 2021, además, registró una bajada de la participación con la victoria socialista. Es decir, los votantes independentistas no salieron en masa como en 2015, descontentos por el ‘procés’, mientras que en 2017, salieron en tromba a arropar a Ciudadanos.
El perfil del votante nacionalista en este municipio es conservador, más alejado de ERC, que compite con Vox para mantenerse a flote, como ocurrió en 2021.