El CEO de Repsol se ha despachado a gusto contra Greenpeace y la Fundación Finanzas Éticas a los que ha acusado de aumentar las emisiones de CO2 en el mundo con su «ideología» y su «dogma». «Ustedes son los culpables de que las emisiones estén subiendo», declara Imaz en referencia a esta situación.
Estas palabras han tenido lugar en la junta general de accionistas cuando varios activistas de Greenpeace preguntaron al consejero delegado de Repsol «¿cuando iba a dejar de vender gas y petróleo?», algo que no sentó nada bien a Imaz que respondió con esa contundencia al ataque de unas entidades que señalan que Repsol «no lucha contra el cambio climático».
En este sentido, explicó el impacto real en emisiones de CO2 de las distintas formas de generar energía: «vamos a seguir produciendo gas y petróleo porque el mundo lo necesita. No es ético cerrar los ojos ante la realidad. ¿Ustedes dicen que son sociales? Si como piden, Europa deja de producir hidrocarburos lo primero que va a pasar es que va a elevar su dependencia, ¿es ético reforzar a Putin y otros regímenes autoritarios?».
Imaz fue basten duro contra los activistas y les contestó y aclaró que «nos están pidiendo que dejemos de producir petróleo y gas y ¿ustedes dicen que son sostenibles, sociales y éticos pidiéndonos eso?, ¿Cómo va a llenar este mundo las necesidades de energía que tiene?».
«Ustedes son los responsables, desde su dogma y su defensa de intereses como los del lobby eléctrico, del incremento de emisiones de CO2 en el mundo en estos momentos», ha acusado Imaz a estas organizaciones en referencia a la necesidad de producir carbón para crear energía. Imaz también ha replicado que esa necesidad creada contra la industria del gas perjudica gravemente al medio ambiente, mucho más que el sector del transporte que entidades como Greenpeace y la Fundación Finanzas Éticas «se dedican a denostar2. Además, Imaz ha señalado que la producción eléctrica genera unos 4.000 millones más de toneladas de CO2.

Por otra parte, visiblemente cabreado, el ejecutivo ha desgranado las consecuencias de un frenazo en la producción europea de petróleo y gas: «No hace falta ser doctor en Economía en Harvard para saber que el precio va a aumentar y eso no impacta en esta casa, sino en las familias europeas y en la industria». «No es ético cerrar los ojos ante la realidad de familias y empresas que no pueden pagar las facturas», ha clamado.
DESIGUALDAD DE OPORTUNIDADES PARA EUROPA Y SUS COMPAÑÍAS
Tanto el CEO como el presidente de Repsol, Antonio Brufau, han encontrado en la Junta de este año un hueco para reivindicar su posición en el gran debate que vive el sector y la guerra del greenwashing. Un enfrentamiento que tiene como protagonistas a petroleras, como Repsol, que respaldan combinar todas las fuentes de energía disponibles para descarbonizar, y eléctricas, como Iberdrola, que defienden la electrificación como el único camino de la transición ecológica, abogando por la casi desaparición de entidades como Repsol.
«En Europa somos expertos en regularlo todo y en prohibirlo casi todo, pero ese no es el camino», ha remarcado Brufau. Además, el propio Brufau ha defendido que el «determinismo» ecológico de Europa está comprometiendo su competitividad frente a gigantes como China o Estados Unidos: «Cada día que pasa la UE pierde poder político y económico. Mientras Bruselas aplica el palo, EEUU aplica la zanahoria«. Algo que delimita el crecimiento europeo y afecta principalmente a los bolsillos de los propios europeos que ven como parten en desventaja frente a otras zonas del mundo.
Lo que ha quedado claro ayer es que la multinacional que comanda Imaz no va a renunciar, al menos en el medio plazo, a su negocio tradicional, la exploración, producción y refino de combustibles fósiles.