Estados Unidos ha tomado la decisión de negociar la venta de drones Sea Guardian a Marruecos, considerados como un recurso militar de alto valor estratégico para la región. Esto representa un respaldo significativo a la relación de la administración de Joe Biden con Rabat, y refleja un ajuste en la política exterior estadounidense, donde Marruecos emerge como un socio estratégico para Estados Unidos en el norte de África y Medio Oriente.
Esta decisión también puede interpretarse como un gesto de buena voluntad por parte de Estados Unidos hacia Marruecos, fortaleciendo así los lazos diplomáticos y de cooperación entre ambos países, en medio de sondeos internacionales que indican una baja en la popularidad del País del Norte como potencia mundial en la percepción de los países de mayoría musulmana, de acuerdo al Índice de Percepción Democrática 2024.
Los drones de Estados Unidos a Rabat
De esta forma, Rabat se haría con cuatro drones modelo «MQ-9B» de 24 metros cada uno, fabricados por la compañía norteamericana «General Atomics», considerados de alta tecnología militar por su alcance de 11 mil kilómetros al objetivo y autonomía de unas 40 horas en altitud de 50.000 pies, lo que les permite el transporte de misiles y bombas, junto a sistemas de reconocimiento de cualquier territorio y vigilancia.
Además, los drones poseen un sistema de radares multimodo preparados por la empresa Lynx, con sensores infrarrojos, aterrizaje y despegue automáticos. Los mismos estarían a la orden para realizar tareas conjuntas y ejercicios militares planificados en el territorio de Marruecos, con la colaboración de militares de Estados Unidos.
La alianza de Washington con Marruecos
El acuerdo se relaciona con la histórica alianza geopolítica entre los países, donde Marruecos adhiere a la «tolerancia cero» a grupos terroristas y se destaca como un sitio estratégico para EE. UU. en el intercambio de acuerdos militares, entrenamientos de tropas y objetivos de inteligencia.
Además, esta concesión podría tener repercusiones en otros países de la región, especialmente aquellos que mantienen relaciones cercanas con Estados Unidos o que podrían ver esta cesión como un precedente para futuras negociaciones bilaterales.
Las relaciones de alianza entre Washington y Rabat tienen antecedentes históricos y permitió que Estados Unidos instale, en 2008, en la costa atlántica marroquí, una base controlada por el departamento de Defensa para ejercer control militar en el continente africano, con plena colaboración del rey Mohamed VI, y otra base militar en Tan-Tan, frente a las islas Canarias.