viernes, 22 noviembre 2024

La estrategia del PSOE con la orden a Salvador Illa para pactar con Puigdemont toca al PP de Feijóo

El PSOE de Pedro Sánchez ha entrado en tromba en la campaña electoral tras sus cinco días de reflexión. El presidente del Gobierno ha recorrido tierras catalanas para darse un baño de masas y recoger de primera mano las sensaciones entre los militantes y simpatizantes.

Su presencia en las catalanas llega incluso a sentirse en el sur de Francia, desde donde Carles Puigdemont pide el voto para Junts cada día, sin descanso, en la que puede ser su última batalla electoral porque el expresidente de la Generalitat se niega a estar en la oposición y menos con Salvador Illa gobernando en Cataluña.

Así las cosas, el candidato de Junts ha dado su particular ultimátum al PSC. «O se pacta la Generalitat o se rompe el Congreso de los Diputados», indican fuentes no oficiales de Junts. De hecho, para esta campaña catalana Junts ha concedido un perfil bajo a Míriam Nogueras, otorgando a Jordi Turull y Josep Rull un protagonismo total.

Y es que, Turull tiene la batuta en esta campaña, por más que Puigdemont llene cada día el pabellón en Argelés (Francia). El indultado por Pedro Sánchez es el director de orquesta, quien maneja todos los hilos de esta campaña y sin cometer ningún error. Para los debates televisados, es Rull la apuesta. «Ha estado en prisión, conoce el partido y el objetivo a la perfección, así como sirve de gancho para los votantes que aún anhelan a la antigua CiU», indican fuentes próximas al expresidente de la Generalitat.

SALVADOR ILLA Y SUS CONTRADICCIONES CON JUNTS

Junts, no obstante, se muestra muy molesto por el ofrecimiento de Salvador Illa, más cuando el PSC de Salvador Illa ha criticado a Junts en la precampaña al asegurar que la «derecha» fue la responsable del ‘procés’. El propio Illa tendrá que volver a contradecirse, como ya pasó con los indultos, la amnistía y los pactos con ERC y Junts en el Congreso de los Diputados. Ahora ya no es la «derecha xenófoba» catalana, Puigdemont pasa a convertirse en un aliado y si deja de lado la independencia, en un socio de Gobierno.

En el PSOE ya conocen qué es pactar con la extinguida CiU. De hecho, mientras gobernaban la Generalitat con un tripartito, CiU conseguía para el propio PSC pactos para obtener un mayor autogobierno en Cataluña. El Estatuto de 2006 es una muestra de ello, con un blindaje a la inmersión lingüística –imposición del catalán en toda la Administración– y la más que posible merma de competencias de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, especialmente para la Policía Nacional -dedicada casi exclusivamente a la tramitación- y de la Guardia Civil, cuya competencia marítima está más que en entredicho.

Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat y futuro candidato de Junts en las próximas catalanas, espera a la amnistía
Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat y futuro candidato de Junts en las próximas catalanas, espera a la amnistía

LA ‘SOCIOVERGENCIA’ TENDRÍA CADÁVERES POLÍTICOS

Para reeditar un pacto con Junts es necesario que Puigdemont rebaje sus exigencias y se vuelva pragmático. «Es vuelta a lo conocido -el pujolismo- se dará, pero primero Junts debe quitarse a sus personal menos político», sostiene un exdirigente de CiU, CDC, PDeCat y Junts. Puigdemont «debe prescindir, como está haciendo, de su núcleo más duro, como Laura Borràs, y silenciar a los ‘hooligans’», han considerado.

El pacto entre PSC y Puigdemont dejaría a los hooligans en fuera de juego

«No son profesionales de la política», han apuntado. Cuando se prescinda de ellos y se les dé las gracias por los servicios prestados, será cuando el independentismo se haya calmado y casi volatilizado.

«Será entonces tiempo para el acuerdo, del pacto con el PSOE y la vuelta a la normalidad política. Pero aún falta mucho para que se den esas condiciones, aunque la política y los cambios que está intentando realizar Pedro Sánchez avanzan más deprisa de lo que uno quisiera poder digerir».

LA ESTRATEGIA DE PSOE Y JUNTS PARA ATAR AL PP

De hecho, según esta fuente y ha podido corroborar este medio con fuentes cercanas a Salvador Illa, «Pedro Sánchez exigió a Salvador Illa abrir la puerta al acuerdo a Carles Puigdemont». La estrategia es clara. Por un lado, el PSC no trata de convencer a los descontentos y desmovilizados votos del bloque constitucionalista. «El objetivo es aglutinar votos de todas las formaciones, incluyendo a Junts», señalan.

Pedro Sánchez, líder del PSOE, trata de tender la trama a Génova 13
Pedro Sánchez, líder del PSOE, trata de tender la trama a Génova 13

«Este ofrecimiento no es para pactar sólo con Puigdemont bajo una serie de condiciones, sino para atraer el voto de los moderados y los descontentos con el ‘procés’, que visualicen al PSC como una alternativa seria para volver a colocar a Cataluña en el sitio que le corresponde», afirman las fuentes consultadas. De esta forma, «se crean varios frentes a Puigdemont, uno de ellos como voto de castigo a su huida de Cataluña y regreso tras seis años fuera de España; el otro pasa por generar una mayor incertidumbre dentro del independentismo y dividir el voto de Junts entre ERC y Aliança Catalana», destacan las mismas fuentes.

«La irrupción de Aliança Catalana -donde milita el primo de Pere Aragonès- podría restar entre 5 y 7 escaños clave para Puigdemont y Junts», consideran. «Es la horquilla entre quedar primero o ser segundo tras una campaña de altos vuelos entre Illa y Puigdemont», puntualizan las fuentes. De ahí la necesidad de Illa de fomentar su muro contra la extrema derecha catalana, un discurso que pone el foco en la inseguridad, la inmigración ilegal -especialmente la venida desde África- y la convivencia entre culturas.

PUIGDEMONT Y EL ARTE DE JUGAR AL ULTIMÁTUM

La orden de Pedro Sánchez fue directa. «No conviene enfadar ni ningunear a Puigdemont», puntualizan las fuentes. «Se vio en la primera votación de la ley de amnistía. Un no rotundo pese a perjudicarse personalmente. Es un mensaje muy potente de cara al independentismo, ‘un o todos o ninguno’», desgranan las fuentes consultadas.

El candidato del PSC, Salvador Illa, con Pedro Sánchez
El candidato del PSC, Salvador Illa, con Pedro Sánchez

Todas las partes coinciden que este pacto generaría un antes y un después con la actual estrategia de montar un bloque netamente progresista. «Si en el País Vasco, el PSOE y PNV han ido de la mano desde hace ocho años, por qué no sería posible lograr que Puigdemont rebajara sus pretensiones y se centrara en aspectos relevantes como el concierto económico catalán, la gestión de infraestructuras y mayores traspasos de competencias», reflexionan las fuentes.

EL PP, ENTRE LA LEGITIMACIÓN DE JUNTS O MANTENERSE CON VOX

Y es que, hasta el empresariado catalán se moviliza entre el PSC y Junts para expulsar a Sumar, ERC y la extrema izquierda de la ecuación. «Esta estrategia no sería con una mirada a corto plazo, sino a largo», matizan las fuentes. Y es que, «el PP entraría en la misma operación, pero lo haría de rebote», indican. «¿Qué hará el PP cuando se materialicen estos pactos? ¿Mantendrá su no? ¿Prefiere a Sumar o a ERC o bien tratará de volver a encauzar relaciones con el PNV y Junts?», reflexionan.

Con esta estrategia, el PP podría legitimar de nuevo a PNV y Junts, pero antes tendría que romper de forma tajante y sin ataduras de ningún tipo con Vox en todas las Comunidades donde gobiernan. «Este es el objetivo último. Si el PP se quedase sin el apoyo de Vox sería más fácil activar la segunda parte del pacto del Tinell», apuntan. Los moderados se quedarían con los ‘populares’, mientras la línea dura de los simpatizantes y militantes acabaría residiendo en Vox.

«Con un PP débil y un Vox que ha tocado techo, el PSOE tendría más posibilidades de prorrogar sus mandatos en Madrid», han apuntado. Y es que, los de Feijóo bailan entre estas dos aguas turbulentas. O romper con Vox o aceptar la tesis de Pedro Sánchez, un dilema que provocaría un cisma en el PPC de Alejandro Fernández, donde una parte trata de alcanzar acuerdos con Junts, mientras el líder de los ‘populares’ se niega a tomarse un café.