En la última emisión de la duodécima temporada de MasterChef en TVE, la noche estuvo llena de sorpresas y emociones fuertes. El punto culminante llegó cuando Tamara, una de las concursantes, tomó la difícil decisión de abandonar el programa de manera voluntaria. Su salida estuvo motivada por la intensa presión que estaba experimentando dentro del reality, la cual estaba afectando negativamente su salud mental.
Durante la gala, Tamara recibió críticas y consejos por parte de los jueces, entre ellos una reacción especialmente dura por parte de Jordi Cruz. Esto desencadenó una ola de comentarios y opiniones tanto hacia el chef como hacia el programa en sí, generando un debate en redes sociales y entre los seguidores de MasterChef.
9CONTRATOS DE CONFIDENCIALIDAD MUY ESTRICTOS
Muchos concursantes de MasterChef Celebrity, ya sea en la versión anónima o Junior, han expresado críticas sobre el programa, pero nunca al nivel de acusar a compañeros de consumo de drogas y al programa de permitirlo. Los estrictos contratos de confidencialidad, con multas que rondan los 100.000 euros por incumplimiento, siempre han limitado hasta dónde podían llegar las críticas. Sin embargo, la actriz no encontró el freno.
La crisis de MasterChef no solo se trata de las acusaciones de Patricia Conde sobre un horno apagado o el tema de las drogas, sino que también implica una guerra abierta entre excelebridades, que incluso ha involucrado al principal patrocinador del programa, Bosch. En otro hecho sin precedentes, la marca de electrodomésticos también ha tomado posición y, sorprendentemente, no ha respaldado al programa, sino a Patricia Conde. Bosch ha respaldado a la actriz.
«Lo que insinúo es que contraten a algún psicólogo para el programa, para que nos explique el porqué de las cosas. En plan ‘no estás loco, te han apagado el horno’, por ejemplo», fue el mensaje de la presentadora después de que uno de los jueces asegurara durante el programa que había sido la actriz, con su pierna, la que apagó el horno sin darse cuenta.