El PNV ha logrado una victoria pírrica en las elecciones del País Vasco celebradas este pasado domingo. En el día del cumpleaños de Imanol Pradales, los nacionalistas vascos han celebrado con euforia sus 27 escaños, empatados con EH Bildu, que acorta distancias a ritmos acelerados, con seis escaños más que hace cuatro años, mientras que el PNV pierde cuatro respecto a la pasada legislatura.
El PNV ha obtenido la victoria con 369.738 votos, frente a los 349.960 cosechados en 2020. El PNV pierde cuatro puntos, para situarse con el 35,22%. No obstante, en estas elecciones la participación se ha disparado casi 11 puntos, hasta el 62,5%. Este porcentaje ha restado fuerza a los nacionalistas de Pradales, que se han visto superados por Bildu, que ha logrado un empate histórico y obteniendo 341.144, casi 100.000 papeletas más que hace cuatro años y el 32,50% del total.
EL BLANQUEO DEL PSOE DISPARA LOS RESULTADOS DE BILDU
Así, la operación ideada por José Luis Rodríguez Zapatero pasaba por eludir el pasado etarra de Bildu, un blanqueamiento sin precedentes. Los de Eneko Andueza se han mostrado satisfechos con el resultado y sus 12 escaños, dos más que hace cuatro años y 149.205 votos, apenas 27.000 más. Eso sí, en porcentaje apenas asciende, con el 14,21% frente al 13,65% de 2020.
El PSOE y el PNV repetirán la coalición, pero Sumar podría apretar para conseguir un Gobierno progresista, liderado por Bildu en vez de los nacionalistas. Esta diferencia de opiniones podría tener un efecto devastador en el Congreso de los Diputados, con una mayor brecha entre Sumar y el PSOE, pero también entre el PNV y Bildu que podría romper la coalición y desembocar en unas elecciones generales de cara al otoño, una opción que suena cada vez con más fuerza.
No obstante, Pedro Sánchez ha mostrado ser un superviviente y mantenerse en pie en los momentos más duros. Por el momento, el presidente del Gobierno no dejará el asiento ni tampoco lo someterá a votación tras no cambiar nada en Galicia y en País Vasco para sus intereses, pero sí ha logrado engordar a un Bildu que entraba en una espiral creciente ante la polémica gestión de la pandemia de los nacionalistas vascos.
EL DECISIVO VOTO CERA SE CONOCERÁ EL VIERNES
Por ahora y dados los resultados, que son provisionales y que todo quedará a expensas del voto de los residentes en el extranjero (CERA) del próximo viernes, el PNV se mantendrá dócil. Será el PSOE quien mande en el País Vasco, ya que sus 12 escaños son decisivos, pero también podría activarse el escenario más perjudicial para los intereses del Estado.
Una coalición entre Bildu y el PNV pondría en marcha la presión para realizar un referéndum en el País Vasco, al que se uniría después Cataluña. Además, los independentistas vascos tienen en su mano modificar el Estatuto, pero en el PNV no quieren oír hablar de una posible coalición con quien les ha ganado en dos de las tres provincias vascas.
EH Bildu no solo no ha condenado a ETA en esta batalla electoral, sino que se ha presentado con uno de los exjefes de la banda terrorista, como es Pla, para celebrar su ascenso, el objetivo prioritario del PSOE para unir a las izquierdas en un único bloque. El PSOE lo consiguió en Galicia y repite ahora en el País Vasco, a pesar de tergiversar el relato al acusar al PP de ser la fábrica de independentistas. No obstante, el apretón de manos de Sánchez con los diputados de Bildu es un hecho más que contrastable.
CATALUÑA, LA PRÓXIMA OPERACIÓN DEL PSOE
La próxima estación de las urnas pasa por Cataluña el próximo 12 de mayo. En esos comicios será Salvador Illa quien posiblemente se lleve el gato al agua. Eso sí, habrá que esperar a conocer si el efecto de Carles Puigdemont prosigue y mantiene la inercia o bien se queda en el último intento del separatismo para tratar de mantener el poder. Todo apunta a un Gobierno tripartito con ERC, mientras en el País Vasco, los de Andueza no buscan el experimento de pactar con quien no condena a ETA de forma explícita.
Así las cosas, el constitucionalismo se mantiene vivo en tierra hostil, con un PP pletórico, con siete escaños y más de 30.000 votos más, y un Vox que sigue vivo, pero sin posibilidad de crecer. Por último, Yolanda Díaz entra por Álava, a expensas del voto CERA, y podría ser un revulsivo para Cataluña. De los ‘morados’ de Pablo Iglesias no queda ya nada, como en Galicia.
