Con 27 años Miguel Herrán se ha consolidado como un actor querido en la industria del entretenimiento español. Su estilo interpretativo se caracteriza por la naturalidad y la espontaneidad, logrando que sus personajes se sientan cercanos y creíbles. Con Río en «La Casa de Papel» conquistó al mundo entero, gracias a la visibilidad que le dio la plataforma de Netflix.
Su talento le ha valido para hacerse acreedor de dos grandes premios, uno Goya en la categoría Mejor Actor Revelación por «1898: Los últimos de Filipinas» del 2017 y un Premio Feroz al Mejor Actor Protagonista de Serie por «La casa de papel», correspondiente al 2018. Sin embargo, esto no es uno de los tesoros que más aprecia el actor. A inicios de este año se convirtió en padre y su vida le cambió para siempre.
Cómo se enteró Miguel Herrán que iba a ser padre
En una entrevista, Miguel abrió su corazón y reveló el miedo que siente al afrontar esta etapa. Para él existen tres grandes cosas básicas para la vida en sociedad: una casa, un hijo y casarse. «Me acojona saber cómo ayudar a mi hija en lo que le pueda venir. Pero pienso más en las carencias afectivas que en las económicas. Lo más importante que se le puede dar a un hijo es tu presencia. Puede tener mejor comida, peor, puede pasar más frío, menos, puede vivir en una casa más bonita o no. Pero si tú estás ahí para ella, y la escuchas y estás de verdad, creo que esa persona tiene todas las de ganar», aseguró de forma muy reflexiva.
Seguidamente, el intérprete contó la anécdota de la insólita manera en la que se enteró de que iba a ser padre. Resulta que Miguel Herrán estaba en pleno rodaje en el Himalaya cuando supo la noticia. «Estábamos a 5.000 metros de altura, en mitad de la nada. Celia (Pedraza, su pareja) estaba conmigo allí, así que estuvimos unos días con la emoción a flor de piel. También con cierta preocupación, porque no era el lugar ideal, pero todo salió bien. Fue intenso», recordó.
Miguel Herrán y la adrenalina, ¿un peligro para su paternidad?
Por otro lado, reveló qué fue lo primero que hizo tras esta noticia: «Cuando me enteré de que iba a ser padre, encargué la moto más gorda y más potente que se vende». Ante la insólita compra, el periodista le consultó si le gustaría renunciar a este tipo de actividades que le generan adrenalina por ser muy peligrosas. No obstante, el intérprete sorprendió con la respuesta
«Si me pasa algo, eso no sería una ausencia. Si yo dejo a mi familia abandonada y hago otra vida, me voy a sentir una mierda siempre. Pero si yo hoy salgo de aquí y me mato yendo a mi casa, es algo que no puedo evitar y es algo que no tiene que ver con la adrenalina, porque la mayoría de los accidentes ocurren en semáforos», argumentó Miguel Herrán, para luego finalizar diciendo que su pareja tiene una moto de 750 metros cúbicos: «Los dos somos salvajes y no vamos a dejar de hacer estas cosas. Entonces ya no tendríamos la vida que queremos», concluyó tajantemente.
