Supervivientes: el reencuentro de película que ha hecho llorar a todos

Arantxa del Sol recibió la sorpresa más esperada en ‘Supervivientes’ cuando su esposo, Finito de Córdoba, viajó a Honduras para verla en su segunda semana en Playa Limbo. Sin embargo, como es habitual en el concurso de supervivencia de Telecinco, hubo un giro inesperado. Sandra Barneda le explicó a Finito, quien ya estaba en la playa de Cayo Paloma con el capote de Arantxa, que para reunirse con ella esa noche debía encontrar una llave bajo el mar, ya que ella estaría encerrada. Si no lograba abrir la jaula, tendría que regresar a España sin ver a su esposa, y ella no sabría que él estuvo allí.

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EL MOMENTO MÁS EMOTIVO

En un momento lleno de emoción, Finito se acercó en silencio a la jaula y abrió el candado sin dejar que su mujer lo tocara. Luego, tomó las manos de Arantxa y se acercó a ella para que lo reconociera, pero ella estaba incrédula y preguntó si podía quitarse el antifaz. Sorprendentemente, fue Finito quien entró en la jaula por detrás y le quitó el antifaz.

Al darse la vuelta y ver a su esposo, Arantxa no pudo contener la emoción y se abrazó a él, besándolo apasionadamente. Finito la levantó en brazos para sacarla de la jaula mientras le decía: «Ni el hambre te roba la belleza, mi niña», confesando su amor y admiración por ella en uno de los momentos más tiernos y románticos vividos en Supervivientes.