Conocido por producciones como «Élite» y «La Casa de Papel», Jaime Lorente con sus 32 años es un actor muy querido en la industria del entretenimiento español. Amante del teatro, de los personajes complejos y las tramas que te hacen adictivo a ellas, es todo un profesional integral dispuesto a dar lo mejor de sí en cada escena.
El pasado 15 de marzo Netflix estrenó en su catálogo «Mano de Hierro», producción en la que Jaime destaca con el papel de Néstor, un villano poco comprendido. A primera vista, parece ser el yerno perfecto: encantador, inteligente y ambicioso. Sin embargo, a medida que avanza la serie, se revela que esconde un lado mucho más oscuro. Su ambición y lo que está dispuesto a hacer por lograr lo que quiere, lo colocan al borde de la ilegalidad y el crimen. Indudablemente fue un desafío para el oriundo de Murcia.
El oficio que casi hace que Jaime Lorente sea víctima de la violencia
A lo largo de su vida, ha interpretado una decena de personajes, pero sin duda Nano, Denver y Néstor marcaron un hito en su carrera. Pero no todo ha sido color de rosa para Jaime Lorente, pues antes de comenzar a dedicarse al mundo de la ficción, tuvo otro oficio que incluso lo puso al borde de ser víctima de la violencia. En una entrevista otorgada a «El Hormiguero», el artista recordó a qué se dedicaba previo a ser parte de un estudio de televisión.
«Durante muchos años fui árbitro con un amigo mío. Me he recorrido todos los campos de tierra. Me han intentado pegar incluso», reveló, destacando que comenzó esta etapa a los 14 años. Esto dejó atónitos a todo el público del exitoso programa que conduce Pablo Motos. Si bien no aportó más detalles de este oficio, no pasó por desapercibida la información.
Jaime Lorente un ejemplo de superación
Afortunadamente la vida le ha sonreído y hoy por hoy es un actor multifacético. En cuanto a su vida privada, tiene dos hijos, fruto de una relación que sostiene con Marta Goenaga. Amaia y Luca son la razón de vivir del intérprete y quiénes lo motivan día a día a mejorar como individuo.
Jaime Lorente se encuentra en un viaje de no retorno. Ya demostró de qué está hecho para dar vida a roles complejos en producciones de alta factura. Aquel árbitro que soñó en ser actor hace unos años atrás, hoy debe estar muy orgulloso del fenómeno interpretativo que ha logrado construir.