La segunda entrega de «MasterChef 12» marcó un antes y un después en la historia del concurso, protagonizada por momentos que quedarán grabados en la memoria de espectadores y participantes. Jordi Cruz, uno de los pilares del jurado, se encontró en el centro de la atención al cocinar el plato que, según sus propias palabras, «le cambió la vida». En un giro inesperado, elogió una de las réplicas de los aspirantes, afirmando que se asemejaba notablemente a su emblemática creación, un comentario sin precedentes que dejó a todos, jueces y competidores, gratamente sorprendidos. La noche estuvo llena de emociones intensas, desde la sorpresa y admiración hasta la tristeza y el desconsuelo.
Sin embargo, no todas las noticias fueron positivas, ya que Adriana, una de las aspirantes, no logró cumplir con las expectativas durante el reto culinario. Su plato fue calificado como «no comestible» por los jueces, llevándola a ser la expulsada de la noche. Este desenlace provocó un impacto profundo entre sus compañeros, quienes no pudieron ocultar su perplejidad y tristeza, evidenciada en lágrimas y rostros desencajados. A pesar de estos momentos bajos, el episodio destacó por su singularidad, incluyendo retos como cocinar con color negro, un viaje culinario a Ubrique para cocinar por equipos, y la réplica de un gran plato, sumergiendo a los espectadores en una experiencia gastronómica única.
4Cocina bajo presión: el desafío de MasterChef en la tierra de Jesulín
En el corazón de Ubrique, los concursantes de «MasterChef 12» se sumergieron en un desafío único: preparar un menú especial para 120 invitados, diseñado por el célebre diestro y con una audiencia que incluía desde vecinos y artesanos locales hasta familiares del torero, destacando la presencia de Carmen Bazán. La posibilidad de que Bazán participe en «MasterChef Celebrity» se convirtió en un punto destacado, con Samantha expresando entusiasmo ante esta perspectiva.
La estructura de relevos añadió una capa extra de tensión al reto, creando un ambiente de caos controlado en el que los equipos debían coordinar esfuerzos para cumplir con la tarea. A pesar de los obstáculos y la presión, se logró servir todos los platos, demostrando la destreza y la capacidad de adaptación de los aspirantes. La liderazgo de Gonzalo fue especialmente alabado, aunque no sin sus desafíos, enfrentando las quejas de compañeros que deseaban una gestión más equitativa del tiempo.