Carles Puigdemont, líder de la candidatura Junts + Puigdemont, se enfrenta a cargos de terrorismo ante el Tribunal Supremo. La magistrada de la Sala de lo Penal del alto tribunal le cita a declarar de forma voluntaria entre el 17 y el 21 de junio, justo en plenas negociaciones para formar Gobierno en la Generalitat ante el resultado previsible de una Cataluña ingobernable únicamente a dos bandas. Asimismo, también ha citado para esos mismos días a Rubén Wagensberg, diputado huido a Suiza y que ocupa aún asiento en la Mesa permanente del Parlament para no perder su condición de aforamiento.
Puigdemont está citado en la pieza que la Audiencia Nacional ha elevado al Tribunal Supremo por su condición de aforado, como ocurre con Wagensberg, del caso Tsunami Democràtic, que indaga en presuntos actos de terrorismo auspiciados y avalados por los líderes de la plataforma independentista abierta por el juez Manuel García Castellón en la Audiencia Nacional. Puigdemont podría declarar por videoconferencia, pero también podría optar por no hacerlo. En caso de mostrarse dispuesto a declarar ante el Tribunal Supremo, acudiría por videollamada junto a Gonzalo Boye, su brazo derecho en Waterloo y abogado.
Necesitamos un golpe de efecto para movilizar masivamente al independentismo y la opción de la detención sería clave
La magistrada Susana Polo ha cursado la orden europea de Investigación y una comisión rogatoria internacional penal a través de Eurojust. Por el momento, no es una orden de detención internacional, pero sí un paso en caso de que así lo considere la juez instructora del caso. Cabe señalar que el Supremo no activó la orden de detención que pesaba sobre Puigdemont en su momento, pero no se descarta esta opción.
PUIGDEMONT PODRÍA DECLARAR DESPUÉS DEL 12M
En este sentido, algunas voces internas de Junts+Puigdemont apuntan que el expresidente de la Generalitat podría provocar su detención durante la campaña electoral. «Necesitamos un golpe de efecto para movilizar masivamente al independentismo y la opción de la detención sería clave», apuntan. «Crece el apoyo a la opción de la detención» como la fórmula para asestar el golpe y despertar a los indecisos. Por un lado, Puigdemont se ha mudado al sur de Francia y no sería descartable que en plena campaña electoral arrojara el desafío, siempre y cuando se hiciera realidad esta petición entre un sector minoritario dentro de Junts.
«Un mitin en el sur de Francia ya está muy visto», han señalado las mismas fuentes. «Se necesita dar un paso más, llegar al desafío y mantener la confrontación con el Estado», aseguran. No obstante, Puigdemont se ha mantenido hasta el final en toda la negociación con el PSOE, arrancando todos los acuerdos posibles, incluida la amnistía con una durísima derrota de Pedro Sánchez al primer borrador de la ley.
«Para poder ser amnistiado se necesita ser condenado», recuerdan desde este sector de Junts. No obstante, la medida de gracia, que ha paralizado juicios en Barcelona, no ha servido para frenar al Tribunal Supremo. Si la instructora Susana Polo activara la opción de la orden de detención internacional, ésta llegaría una vez aprobada la amnistía, previsiblemente y si no prosperan los recursos ante las instancias judiciales.
Con el aforamiento del Parlamento Europeo junto con el asegurado de Parlament, Puigdemont mantendrá su blindaje y solo podría ser investigado por el Tribunal Supremo, que tendrá que conocer ahora su nueva residencia, en Elna, el pueblo que ocultó miles de urnas para el referéndum del 1-O y cuyo alcalde es claramente favorable a la causa independentista.
PUIGDEMONT Y LA DIVISIÓN DEL INDEPENDENTISMO
Los motivos por los que se ha pedido la declaración voluntaria a Carles Puigdemont como a Rubén Wagensberg es simplemente que fueron escuchados antes de tomar una decisión. No obstante, no tienen por qué hacerlo. De hecho, la única forma de poder exigir la comparecencia sería con un suplicatorio al Parlamento Europeo en el caso de Puigdemont y de otro al Parlament en el caso de Wagensberg, junto con una comisión rogatoria a Suiza. Estos trámites podrían eternizarse, primero porque el Europarlamento tardó más de un año y no ha sido hasta hace unos meses cuando se le he rescindido su inmunidad parlamentaria.
Ante esta situación, el independentismo ha comenzado a movilizarse. Y es que, también pesa la posible impugnación de Carles Puigdemont al no residir en España desde hace siete años. Ciudadanos ha anunciado que hará lo posible para evitar que pueda concurrir a estas elecciones. «Su padrón es más falso que una moneda de chocolate», señaló Carlos Carrizosa, candidato a las elecciones catalanas por C’s, en una entrevista con MONCLOA.
PONSATÍ, LA ADVERSARIA DE PUIGDEMONT; ORRIOLS, EL DISCURSO DURO
Ante esta posibilidad, el independentismo más duro, el que rechaza toda negociación. Así, la candidatura de Clara Ponsatí, cuya rivalidad con Puigdemont es notable desde hace años por las fórmulas utilizadas para tratar de arrodillar al Estado, llevará en su lista a Jordi Graupera, quien protagonizó un sonoro batacazo en las pasadas autonómicas, y a Joel Joan, uno de los actores estrella en TV3. Se trata de un fichaje muy estratégico ya que hasta ahora Joel Joan no había ejercido su derecho a voto y busca ahora movilizar a los desencantados con Junts y Puigdemont. La movilización de este electorado es clave para este bloque si busca realmente frenar el auge de Salvador Illa, líder del PSC.
No obstante, dentro del independentismo se está movilizado la extrema derecha, con Sílvia Orriols al frente y su Aliança Catalana. La alcaldesa de Ripoll busca frenar la inmigración irregular, así como mantener la confrontación contra el Estado por la independencia unilateral de Cataluña. Orriols tiene como objetivo «expulsar» al Estado de Cataluña y tiene el apoyo de la propia ley electoral catalana en caso de obtener el porcentaje mínimo por Girona, una de las provincias más sobreponderadas al ostentar más asientos en comparación a la población de Barcelona o Tarragona.
En este sentido, ha imitado la exitosa campaña de 2010 de Plataforma per Catalunya de Josep Anglada, que se presenta con Orriols en estas elecciones, para tratar de irrumpir en el Parlament. Y es que, su discurso contra la inmigración ilegal, así como su defensa de los valores más catalanistas e independentistas cala en una provincia con zonas ‘no go’, como el extrarradio de Girona, como Salt.