Al volver a casa tras hacer la compra en la frutería, es común encontrarse con algunos productos aún demasiado verdes para consumir y otros excesivamente maduros. ¿Quién no ha pasado por esto? ¿Existe algún método para acelerar la maduración de las frutas verdes o para ralentizar la maduración de las demasiado maduras y así prolongar su frescura? Como es habitual, la respuesta no es simplemente un «sí» o un «no», sino más bien un «depende».
1DEPENDE DEL TIPO DE FRUTA
En términos botánicos, los frutos se clasifican en dos tipos principales: climatéricos y no climatéricos, según su forma de maduración. Los frutos climatéricos pasan por dos etapas de desarrollo: primero crecen hasta alcanzar su tamaño máximo y luego inician su proceso de maduración. Esto resulta en una variedad de colores en la misma planta, indicando diferentes estados de maduración.
La producción de etileno, una hormona vegetal volátil, aumenta significativamente cuando los frutos climatéricos alcanzan su tamaño máximo, lo que coordina su proceso de maduración de manera autónoma. Por lo tanto, estos frutos pueden ser recolectados verdes y continuarán madurando, aunque pueden perder algunas características organolépticas si se cosechan prematuramente. Ejemplos de frutas climatéricas son el tomate, la manzana, el melocotón y el plátano.