El estrés oxidativo es una respuesta al desequilibrio entre la producción de radicales libres y las llamadas especies reactivas de oxígeno, y la capacidad que el cuerpo humano tiene para neutralizarlas. Cuando esa capacidad no es suficiente, se produce un deterioro de los tejidos que favorece la aparición de diversas enfermedades, especialmente las cardiovasculares, el envejecimiento prematuro de la piel, trastornos neurológicos y cáncer, entre otras.
Además, el incremento del estrés oxidativo en el interior de la célula favorece la apoptosis (muerte celular), el envejecimiento celular y el desencadenamiento de la artritis reumatoidea, la arterioesclerosis, la diabetes, la periodontitis, el Parkinson y el Alzheimer. Entre los factores externos que agravan el estrés oxidativo se encuentran la contaminación ambiental, el humo, los rayos UV y una alimentación inadecuada.
Consecuencias del estrés oxidativo
El envejecimiento: es difícil diferenciar entre lo que son procesos propios del envejecimiento o procesos patológicos que se desarrollan debido al estrés oxidativo. Un estudio reciente determinó una menor actividad proteolítica en las células jóvenes, una disminución de las concentraciones de antioxidantes e inactivación de las enzimas detoxificadoras y una acumulación de proteínas oxidadas no degradadas.
Varios tipos de cáncer: otra de las consecuencias del estrés oxidativo es la formación de tumores. Estos son un proceso altamente complejo caracterizado por la presencia de necrosis celular del tejido sano, crecimiento incontrolado de las células cancerosas, neovascularización del área afectada para asegurar el aporte de oxígeno y nutrientes al tumor, entre otros muchos fenómenos.
Protégete del estrés oxidativo
El componente que más influye para la aparición de estrés oxidativo es el sedentarismo. Para evitar que esto ocurra, es importante mantener una rutina de ejercicios de al menos 20 minutos por tres días a la semana. Además, los expertos recomiendan incorporar las pesas para formar al cuerpo a descargar el estrés oxidativo.
Si te resistes a realizar alguna actividad física, el envejecimiento afectará la dishomeostasis y la hará más severa, mientras que el estrés oxidativo será más abundante y dañino. Otra opción es tomar sol durante 10 minutos, antes de las 11:00 y después de las 17:00 para la vitamina D; y consumir abundantes zanahorias para tener vitamina A. Esto debido a que los antioxidantes naturales de las frutas cítricas se han vuelto insuficientes para contrarrestar los efectos del estrés oxidativo. Si se mantienen estas recomendaciones, se puede lograr una estabilidad en esta afección, logrando que se promueva un sistema inmunológico saludable.