sábado, 23 noviembre 2024

Kazajstán apuntala su construcción nacional y frenará el vapeo

El presidente de Kazajstán, Kassym-Jomart Tokáyev, pone las bases para la construcción nacional del país. En un extenso, pero profundo discurso ante el Kurultai Nacional -el consejo de sabios, ancianos y militares- el máximo ejecutivo del principal país de Asia Central pone el énfasis en la cultura y la tradición de la nación kazaja, centrado en proteger la identidad cultural, bailes, tradiciones, trajes e incluso sus propias diferencias para construir y edificar la convivencia ante los riesgos y peligros que se esconden tras la globalización.

Kazajstán siempre ha cuidado sus tradiciones y su cultura, pero en los últimos años antepuso primero la economía para mejorar las condiciones de la sociedad. Era lo más urgente y el milagro económico del país se hizo palpable, tras multiplicar por más de 20 veces el PIB en pocos años, convirtiéndose en la principal potencia de la región.

La construcción nacional es crucial para la convivencia en Kazajstán y por ello Tokayev ha puesto el foco del segundo tercio de su mandato en unir a la sociedad en la tradición y la cultura con un discurso clarividente para el futuro político, económico y social del país. Y es que, la cuestión económica no es suficiente para construir una nación.

«Lo más llamativo es que hacer únicamente caso a las cuestiones económicas no es suficiente para construir una nación», señala Antonio Alonso Marcos, experto para Asia Central y el profesor de la Universidad CEU San Pablo. «Hasta hace pocos años (Kazajstán) ponía la economía como lo más urgente y en efecto ha crecido muchísimo en los últimos 30 años», ha indicado. Por este motivo, los propios kazajos se preguntan ahora, después del «milagro económico», por su propia identidad, que «corre el peligro de perderse por la propia globalización». De ahí, que Tokáyev haya puesto el foco en la cultura, tradición y los símbolos.

En su relato de unidad nacional, Tokáyev continúa haciendo hincapié en la cooperación, diálogo constructivo y en los procesos de integración, especialmente con los países túrquicos, como Azerbaiyán, Kirguistán, Turkmenistán, Turquía y Uzbekistán, entre otros.

UNIR A LA POBLACIÓN BAJO UNOS MISMOS SÍMBOLOS

En este sentido, Kazajstán no se prepara para una guerra, sino para aunar a la población y poder convivir, pero sin rememorar el pasado. «Viviendo sólo en el pasado, es imposible crear un país verdaderamente civilizado. Para ampliar los horizontes de nuestra nación, debemos formar un nuevo sistema de valores», afirmó Tokáyev ante el Kurultai Nacional.

Viviendo sólo en el pasado, es imposible crear un país verdaderamente civilizado

Tokáyev muestra a Kazajstán con los mismos valores que trata de mantener en su mandato: independencia, patriotismo, profesionalismo, trabajo duro, creación e innovación, así como mantener las reformas vivas y con una envidiable seguridad jurídica. El objetivo no es otro que reforzar la unidad del pueblo kazajo, una nación unida con las mismas aspiraciones para dar pasos conjuntos hacia el futuro, sin quedarse atrás.

«Indagar demasiado en el pasado nos hará más mal que bien. Nadie puede cambiar el pasado. Y debemos recordar siempre que el juez más justo es el tiempo», ha destacado. En este sentido, pone el énfasis en reforzar la lengua kazaja, pero sin coaccionar a nadie. «La mera palabrería en torno a la lengua estatal es inútil, lo importante son las acciones concretas», ha sostenido.

KAZAJSTÁN MODIFICARÁ SU ESCUDO

Además, rompe con las imposiciones de radicales religiosos. «El deseo de neófitos radicales de imponer ideales religiosos ajenos a la sociedad, incluso en forma de formas arcaicas de vestir, es un desafío flagrante a nuestros principios y valores tradicionales», ha destacado.

Astaná, conocida como la Dubai de Asia Central, el modelo a seguir por Tokáyev en Kazajstán
Astaná, conocida como la Dubai de Asia Central, el modelo a seguir por Tokáyev en Kazajstán

Asimismo, también hace referencia al escudo del Estado. «Creo que sería aconsejable tener en cuenta los argumentos razonables de profesionales y ciudadanos preocupados, incluidos los jóvenes, de que el escudo de Kazajstán es demasiado difícil de percibir, contiene eclecticismo y signos de la era soviética. En caso de consentimiento general, sería posible crear una comisión especial, que considerará todos los aspectos en detalle, celebrará debates públicos», ha señalado. Todo para «convocar un concurso abierto para elegir el mejor boceto del nuevo escudo estatal de Kazajstán».

KAZAJSTÁN Y LA MEMORIA REAL DE LA II GUERRA MUNDIAL

En esta construcción nacional se rendirá honores a la memoria de los héroes kazajos, pero evitando que se convierta en una herramienta de manipulación política, como ha ocurrido con algunos nombres de la II Guerra Mundial. No obstante, Tokáyev considera que hay que velar por la verdad histórica y de la preservación de la memoria real de ese conflicto, el más sangriento de la historia de la humanidad.

En esta construcción nacional, Tokáyev muestra como los kazajos deben estar «siempre» dispuestos a defender los intereses nacionales, proteger la soberanía y la independencia del Estado. «Esto es especialmente relevante ahora, cuando el mundo ha empezado a apelar cada vez más al principio de ‘no el poder del derecho, sino el derecho del poder’, y permite razonar sobre estados que son de segunda categoría desde el punto de vista de la soberanía, que están destinados a la vida de satélites», ha sostenido.

El máximo mandatario de Kazajstán pone de manifiesto la feroz competencia mundial por los recursos, las inversiones, logística y comunicaciones. «Las viejas ideas sobre los problemas internacionales y las formas de resolverlos, incluidas las actuales estructuras regionales como panacea para solucionar todos los problemas económicos y políticos, ya parecen idealistas, incluso ingenuas en el contexto de la compleja y contradictoria era actual», ha considerado.

TOKÁYEV FRENA EL POPULISMO Y A LOS OPORTUNISTAS

Kazajstán aportará sin duda su contribución positiva al desarrollo de la cooperación entre los países túrquicos. «Todas las decisiones de nuestro aparato estatal, ya sean de política interior o exterior, deben basarse en los intereses nacionales fundamentales y no en el populismo y las consideraciones oportunistas», ha sostenido. Para ello, habrá un análisis exhaustivo de su contenido y consecuencias.

También centra sus palabras en los jóvenes que trabajan en el extranjero. Hay 200.000 kazajos que trabajan fuera, pero no todos tienen estatus oficial.

Tokáyev muestra una situación agravada por la difícil situación mundial sin precedentes. «A veces aparecen declaraciones irresponsables de algunos políticos, que hacen el juego a varios tipos de instigadores», ha asegurado. «Tenemos ante nosotros tres caminos: la degradación, el estancamiento y el progreso. Y nosotros elegimos el progreso. Es un camino espinoso en el que nos esperan muchas dificultades. Pero debemos seguir adelante, a pesar de todo», ha considerado.

El presidente de Kazajstán, Kassym-Jomart Tokáyev
El presidente de Kazajstán, Kassym-Jomart Tokáyev

Por todo ello, Tokáyev trabaja por cumplir con la tríada: un «Kazajstán justo», un «ciudadano responsable» y una «nación de progreso». «Estos tres elementos están estrechamente interconectados y son interdependientes», ha apuntado. El objetivo es construir un Estado justo con instituciones democráticas fuertes y un sistema jurídico desarrollado que garantice el triunfo de la ley y el orden, principio fundamental de nuestra política.

LA DEFENSA DE LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS

Tokáyev protegerá las mezquitas subterráneas, con 24 de ellas ubicadas en el oeste del país, una muestra de las tradiciones espirituales originales con profundas raíces. «Debemos preservar y promover cuidadosamente nuestros paisajes naturales únicos y nuestro patrimonio histórico y cultural a nivel mundial», ha sostenido. Por ello, ha propuesto incluirlas en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco. También los petroglifos, uno de los mayores de Eurasia está en Kazajstán. «Estos monumentos de arte rupestre representan una crónica milenaria de la civilización esteparia», ha destacado. En los últimos años han sido destruidos algunos de estos por la construcción.

«Debemos proteger de la destrucción nuestros sitios históricos únicos. Encargo a las autoridades competentes que tomen todas las medidas necesarias para ello. Si es necesario, debemos estudiar la posibilidad de introducir las modificaciones oportunas en la legislación», ha defendido. En este sentido, considera necesario poner orden en la arqueología. Según denuncia, algunos profesionales y las lagunas sistémicas en la concesión de licencias para excavaciones han llevado al dominio en Kazajstán de varios arqueólogos, quienes «ofrecen conclusiones pseudocientíficas a las empresas constructoras a cambio de enormes sumas de dinero, según las cuales tal o cual parcela carece supuestamente de importancia histórica y arqueológica».

BARRERAS CONTRA LAS DROGAS, VAPEO Y NASVAY

Así, carga con la desaparición de monumentos arqueológicos más importantes, cuyos objetos forman parte de colecciones privadas kazajas y extranjeras, así como expuestas en diferentes museos de todo el mundo.

Para Tokáyev, este expolio debe corregirse urgentemente con una mejora en la regulación en la arqueología, así como en la racionalización de las licencias y el endurecimiento penal de las excavaciones ilegales. Así, pide al Congreso que trabaje en la devolución de los objetos de Kazajstán a los museos que exponen sus piezas.

Pero hacer nación no es solo reforzar la cultura, sino eliminar los comportamientos destructivos. «Es importante aprender todo lo bueno y rechazar todo lo malo», sostiene Tokáyev. Para ello, pondrá una firme barrera contra la propagación de las drogas, sustancias estupefacientes, el nasvay -un derivado del tabaco, fácil de conseguir por su precio y muy adictiva- e incluso el vapeo, que daña la salud de jóvenes y adultos.

Para ello, se endurecerán las leyes para quienes producen y faciliten el tráfico de drogas, así como a los proveedores en las calles. Solo el año pasado se incautaron de 42 toneladas y más de 7.500 detenidos.