A Euskal Herria Bildu le sonríen las encuestas, que pronostican que la coalición abertzale está en condiciones de sorpassar al Partido Nacionalista Vasco en las elecciones autonómicas de Euskadi que se celebran el próximo 21 de abril.
El proyecto liderado por Arnaldo Otegi, que cuenta con Pello Otxandiano como candidato a lehendakari, quiere crecer en el espacio no nacionalista a costa del desgaste del bloque de Unidas Podemos, que concurre dividido en dos candidaturas: Elkarrekin Podemos (que agrupa a Podemos y Alianza Verde) y Sumar (que integra al ‘yolandismo’ e Izquierda Unida).
EZKER KONFEDELA
EH Bildu cuenta en su seno con formaciones no identitarias como Alternatiba, escisión de la rama vasca de IU que lideró el hoy diputado Oskar Matute, pero ahora ha ampliado sus apoyos desde formaciones progresistas no nacionalistas al recibir la confianza de Ezker Konfederala, que integra a personas del ámbito sindical, ecologista, feminista, movimiento asociativo e internacionalista.
Este proyecto, tal y como recoge Naiz, apuesta por «una izquierda plural, amplia, incluyente y abierta a las propuestas de los movimientos sociales» de la mano de Javier Madrazo, exlíder de la antigua federación vasca de IU (Ezker Batua) y exconsejero del Gobierno vasco.
Este proyecto ha impulsado el manifiesto ‘Más izquierda, mejor país’ en el que aseguran que quieren «favorecer la unidad de la izquierda vasca para impulsar una sociedad más democrática, justa, igualitaria, inclusiva, feminista, sostenible, pacifista y republicana». EH Bildu, según este grupo, debería liderar el cambio «ampliando sus alianzas, con vocación integradora, a sensibilidades y tradiciones políticas que coexisten en la izquierda de nuestro país, en la puesta en marcha de un frente amplio, que conecte con la mayoría social de progreso, y que pivote sobre un programa común, que permita la confluencia estratégica con sectores de la izquierda no independentista».
De los de Otegi destacan «la coherencia de quienes han optado por evitar el ruido y la desestabilización para actuar con responsabilidad defendiendo derechos y propuestas que ayuden a mejorar la calidad de vida de las personas». Al PNV y PSE culpan del «grave deterioro del sistema de salud, debilitamiento de la educación pública, deterioro de la red asistencia o declive industrial».
«No son capaces de impulsar un sistema productivo que promueva riqueza, empleo decente, que sea respetuoso con el medio ambiente y que genere, a través de una fiscalidad justa, los recursos suficientes para implementar derechos, como la renta básica incondicional o un nuevo modelo de servicios públicos de calidad», añaden.
Madrazo, tradicionalmente vinculado a Gaspar Llamazares, ya explicó hace 2 años su cambio de familia política: «Había un tema que siempre priorizábamos en IU: decíamos que el día que no existiera ETA se abrirían nuevas posibilidades de colaboración desde la izquierda. Una vez que ETA dejó las armas y la izquierda abertzale apostó por las vías políticas con mucha determinación y dando pasos inteligentes, los diálogos que hemos tenido se han dado sobre bases distintas. ¿Por qué no es posible ahora que los independentistas y los que no lo somos podamos encontrarnos en un espacio político común?».
JAVIER MADRAZO SE ACERCA A EH BILDU
Javier Madrazo lo fue casi todo en la rama vasca de Izquierda Unida que lideró entre 1995 y 2009. Este cántabro, estudiante de teología y cristiano de base, apoyó los gobiernos liberales de Juan José Ibarretxe (PNV) y fue consejero de Vivienda y Asuntos Sociales durante dos legislaturas.
Pero en las elecciones vascas de 2009 se quedó sin escaño y desde entonces no ha dejado de dar que hablar: intentó quedarse la marca Ezker Batua (Izquierda Unida se veía obligada entonces a lanzar Ezker Anitza), apoyó dos fallidos proyectos estatales de su amigo Gaspar Llamazares (Izquierda Abierta y Actúa) e incluso se dejó ver en un círculo de Podemos en los inicios morados.
Pero Madrazo ya no es el mismo desde que tuvo que dar tres pasos atrás en 2011. En aquella primavera el PNV intentaba retener la Diputación foral de Álava y, según los jeltzales, alguien cercano al exbarón de IU pidió a cambio de su apoyo un aval para pedir un crédito de 600.000 euros y el ‘enchufe’ de 39 personas (entre otras, la hermana del propio Madrazo).
El PNV se quedó sin Diputación y Madrazo sin crédito entre la inmensa mayoría de sus partidarios.