Gambas a la gabardina: el truco de la abuela para hacerlas más ricas que en un bar

En España hay numerosísimas tapas que han logrado establecerse como clásicos de nuestra gastronomía. Se trata de platos que se utilizan sobre todo durante los aperitivos, pero también como meriendas o entrantes. Las conocidas gambas a la gabardina son un buen ejemplo de ello, y todo un clásico de los bares de España.

En este artículo te diremos como prepararlas paso a paso para que te queden mejor que en ningún sitio en el que las hayas probado: crujientes por fuera y jugosas por dentro. Y podrás ver que es más sencillo de lo que parece.

5
Freír las gambas a la gabardina

Cuando la masa del rebozado esté lista y las gambas peladas (menos la cola), solo quedará freírlas. Para ello es mejor empezar por echar aceite en bastante abundancia en un sartén y, mientras se calienta, ir rebozando las gambas. Otro consejo pasa por ir haciendo las gambas en pocas cantidades, y no todas a la vez, para que el aceite las haga mejor.

Como hemos dicho, el fin de la receta consiste en que las gambas estén crujientes por fuera y blanditas por dentro. Es preciosamente ese constante lo que hace el plato tan sabroso.