Mari Carmen acudió a ‘First Dates’ con ilusión y esperanzas, con el objetivo de encontrar no solo el amor, sino también un compañero con quien compartir su pasión por el baile. A pesar de no revelar su edad, se describió a sí misma con una mentalidad joven, enfatizando cómo, a pesar del paso del tiempo, se siente tan vital como una veinteañera. Viuda y madre de dos hijos, compartió con orgullo su historia de éxito en el baile junto a su difunto marido, con quien incluso llegó a ser campeona de Europa. Con estos antecedentes, su participación en el popular programa de citas de Cuatro prometía ser una aventura emocionante en su búsqueda de amor y compañía.
Sin embargo, lo que Mari Carmen no anticipó fue enfrentarse a un momento sumamente incómodo en su cita, un auténtico ‘tierra, trágame’ que sorprendió tanto a ella como a la audiencia de ‘First Dates’. Este giro inesperado puso a prueba no solo su apertura y expectativas ante el programa sino también la manera en que ambos, ella y su cita, manejarían una situación tan delicada ante las cámaras. La reacción de su pareja, cuestionando abiertamente su propio atractivo, añadió una capa adicional de tensión y expectativa sobre cómo se desarrollaría el resto de su encuentro.
3Desencuentros desde el inicio: La cita fallida
La cita entre Mari Carmen y Jesús en ‘First Dates’ parecía estar destinada al fracaso desde el principio. Jesús no lograba cumplir con ninguno de los criterios establecidos por ella: la delgadez, la elegancia y, crucialmente, la habilidad para bailar. La expresión de Mari Carmen al verlo era un presagio de lo que estaba por venir, una mezcla de desilusión y sorpresa que difícilmente podría ocultar. Tal fue su decepción que la idea de abandonar la cita antes de continuar al salón parecía una opción viable.
A pesar de no cumplir con las expectativas de Mari Carmen, Jesús no se dio por vencido tan fácilmente. Intentó ganarse su afecto a través de halagos y un intento de humor, señalando que se encontraba «rodeado de Carmenes» en un esfuerzo por crear un ambiente más relajado y cordial. Incluso prometió hacer un esfuerzo por liderar en el baile, una promesa que sonó vacía a oídos de una bailarina profesional. Cuando Jesús sugirió llevar el ritmo en la pista de baile, Mari Carmen fue tajante en su respuesta, subrayando su experiencia y profesionalismo de dos décadas junto a su pareja.