David Pérez Carracedo, el guardia civil de 43 años, del Grupo de Acción Rápida (GAR) la Benemérita, asesinado por los narcos en Barbate (Huelva) el pasado 9 de febrero tras ser arrollado por una narcolancha, pudo disparar su arma para defenderse. Sin embargo, en el vídeo grabado por su compañero y que ofreció este miércoles MONCLOA, fue el cabo David A., que llevaba una cámara GoPro, quien dispara y a pesar de que lleva su arma en la mano derecha no se aprecia que realice disparos.
En la mano derecha del guardia del GAR asesinado se encontraron muestras de plomo, antimonio, bario, azufre, silicio, cobre, zinc y hierro. La conclusión para el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses reflejada en un informe del 29 de febrero fue que «en el portamuestras tomado de la mano derecha se encuentran partículas específicas de residuos de disparo, pero en el límite de la positividad». Sin embargo, los resultados obtenidos de la mano izquierda «no son concluyentes». Quizás simplemente David Pérez se «contaminó» con los disparos que tras él efectuó su compañero, algo perfectamente posible.
PARTÍCULAS EN LAS MANOS
Según los forenses que efectuaron el informe «en el disparo de un arma se originan presiones y temperaturas muy elevadas que hacen que los elementos metálicos que integran el fulminante y las distintas partes de la munición se vaporicen y con posterioridad, al enfriarse, se condensen en formar de partículas de morfología característica y normalmente de pequeño tamaño».
DAVID PÉREZ LLEVABA UN CASCO ROJO PROTEGIENDO SU CABEZA, PERO LA VIOLENCIA DEL GOLPE ACABÓ CON SU VIDA
Para los especialistas «se distinguen tres tipos de partículas: específicas de residuos de disparo, compatibles con residuos de disparo y singulares». En el caso de David Pérez las partículas encontradas fueron específicas. David Pérez llevaba un casco de color rojo protegiendo su cabeza, pero la violencia del golpe de la narcolancha acabó con su vida. Falleció cuando llegó al pantalán del puerto deportivo de Barbate, a pesar de que intentaron reanimarlo.
También se realizaron pruebas similares en el otro guardia civil asesinado, Miguel Ángel González del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), de 39 años. En este caso las muestras fueron recibidas el 13 de febrero y la técnica utilizada fue similar, microanálisis de energía dispersiva de rayos X acoplado a microscopía electrónica de barrido (SEM-EDX)». En el caso de este guardia el análisis de los guantes de neopreno «ponen de manifiesto la ausencia de partículas atribuibles a residuos de disparo en la muestra tomada del guante de la mano derecha». En el guante de la mano izquierda «sólo se detecta una partícula de plomo, antimonio. Por tanto, los resultados son negativos para residuos de disparo».
Ambos guardias fueron asesinados en aguas del puerto de Barbate tras ser arrollados por una narcolancha. La causa de su muerte fueron dos severos traumatismos craneoencefálicos que acabaron con su vida casi en el acto en el puerto de Barbate. El guardia David Pérez apenas vivía cuando lo sacaron del agua, pero las tareas de reanimación de sus compañeros resultaron infructuosas.
DOS ASESINATOS Y CUATRO EN TENTATIVA EN BARBATE
Tras el suceso fueron detenidos Jairo José P.G., David G.N., José Antonio G.Z., José Israel A.B., Mustafá C. y Francisco Javier M.P., alias el Kabra y considerado el conductor de la lancha. Todos están acusados de dos asesinatos, otros cuatro en grado de tentativa, seis delitos de contrabando y otros seis de atentado agravado. En el caso de José P. y Daniel G., que acudieron a recoger a algunos de los tripulantes en tierra en Barbate, están acusados de encubrimiento, aunque en este caso se encuentran en libertad en contra de la prisión provisional decretada para el resto de detenidos.
El asesinato de los guardias civiles puso en tela de juicio la política del ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska y su decisión de cerrar el Organismo de Coordinación de Operaciones contra el Narcotráfico (OCON) Sur en septiembre de 2022, el organismo de la Guardia Civil que había cosechado innumerables éxitos contra el narcotráfico y cuyos componentes acabaron en las diferentes unidades de Policía Judicial por toda Andalucía, especialmente en la zona de Barbate. Algunos veteranos que formaron parte de OCON desde su puesta en marcha en 2018 sostienen que los narcos jamás se habrían atrevido a tanto con la unidad funcionando.