Una de las tendencias gastronómicas más destacadas en los últimos años es el café de especialidad, que comenzó a popularizarse hace más de una década en los distritos centrales y turísticos de Barcelona y Madrid. Desde entonces, tanto los tostadores dedicados a su elaboración como los establecimientos que lo sirven han experimentado un crecimiento constante, extendiéndose a las áreas periféricas y ciudades más pequeñas, e incluso llegando a pueblos con menos de 200 habitantes.
5CÓMO SE CULTIVA
Lograr que un café sea catalogado como café de especialidad implica un proceso meticuloso y cuidadoso por parte del caficultor. Aquí hay algunas etapas clave en el proceso:
- Selección de semilla y siembra. Se elige cuidadosamente la semilla, asegurando la trazabilidad y eligiendo el sustrato adecuado. Se recrean las condiciones de sol y sombra ideales, y se ajusta la densidad de siembra según el clima y las características del suelo.
- Desarrollo del cafeto. Se vigila la nutrición del suelo, controlando malezas y previniendo enfermedades y hongos. Es crucial rejuvenecer los cafetales cada ciertos años para mantener la producción.
- Cosecha y almacenaje. El café de especialidad se cosecha manualmente, seleccionando solo las cerezas maduras. Después del secado, se vuelven a seleccionar los granos. Se monitorea la humedad y se asegura un almacenamiento adecuado para evitar fermentación o contaminación.
Estos cuidados garantizan la calidad del café desde la finca hasta el procesamiento y almacenaje. Obtener la designación de café de especialidad puede significar un precio más alto para el caficultor, y también puede aumentar la demanda de los cafés producidos por esa finca o productor.