Dejar de fumar es uno de los cambios más significativos y beneficiosos que puede hacer una persona por su salud. Este hábito, profundamente arraigado en la vida de muchos, tiene efectos perjudiciales en casi todos los órganos del cuerpo, incluyendo el corazón y los pulmones.
No obstante, el cuerpo humano muestra una asombrosa capacidad de recuperación una vez que se elimina el consumo de tabaco. A continuación, detallaremos los cambios instantáneos y progresivos que experimenta el cuerpo tras abandonar este hábito.
7MEJORAS EN LA SALUD FÍSICA GENERAL
Más allá de los beneficios específicos para la salud pulmonar y cardiovascular, dejar de fumar tiene un impacto positivo en la salud física general. La función inmunológica mejora, lo que reduce el riesgo de infecciones y enfermedades. Además, la recuperación y cicatrización de heridas se aceleran, y disminuye el riesgo de desarrollar enfermedades de la piel como psoriasis. También se observa una mejora en la salud bucal, con una reducción en el riesgo de enfermedad de las encías y una mejoría en la apariencia de los dientes y el aliento.
La capacidad de realizar ejercicio físico también aumenta, gracias a la mejora en la capacidad pulmonar y la circulación sanguínea. Esto no solo favorece la adopción de un estilo de vida más activo y saludable sino que también contribuye a la prevención de la obesidad y sus complicaciones asociadas, como la diabetes tipo 2 y la hipertensión arterial.