La cocina saludable se ha convertido en una prioridad para muchas personas, quienes buscan integrar ingredientes nutritivos sin sacrificar el sabor. En este contexto, la lasaña con kale y champiñones emerge como una opción perfecta, combinando el placer de un plato tradicional con los beneficios de ingredientes ricos en nutrientes. Esta receta no solo promete deleitar el paladar, sino también aportar una serie de beneficios para la salud, gracias a sus componentes estrella.
El kale, también conocido como col rizada, y los champiñones, se han ganado el aprecio en la cocina moderna por sus propiedades y versatilidad. Incorporar estos ingredientes en una lasaña ofrece una alternativa saludable a las recetas tradicionales, sin comprometer el sabor. Este plato es una muestra de cómo la cocina creativa puede adaptarse a las tendencias de alimentación saludable, ofreciendo opciones deliciosas que satisfacen tanto a vegetarianos como a aquellos que simplemente desean reducir su consumo de carne.
2PREPARACIÓN DE LA BECHAMEL
La bechamel de leche de almendras es una variante ligera y saludable de la tradicional salsa bechamel. Para prepararla, calienta un poco de aceite en una olla y añade la harina integral, removiendo constantemente durante un par de minutos para cocinarla sin que se queme. Gradualmente, vierte la leche de almendras mientras sigues removiendo para evitar grumos, hasta conseguir una consistencia cremosa. Sazona con sal, pimienta y nuez moscada al gusto. Esta bechamel no solo es más ligera, sino que también añade un toque distintivo al plato, complementando perfectamente los sabores del relleno.
El montaje es un paso crucial para asegurar la distribución equitativa de sabores en cada capa. Comienza engrasando ligeramente una fuente para horno. Coloca una capa de láminas de lasaña en el fondo, seguida de una capa del relleno de kale y champiñones. Vierte encima un poco de bechamel, y repite este proceso hasta llenar la fuente, finalizando con una capa de bechamel. Si lo deseas, puedes espolvorear queso rallado por encima para gratinar.
Precalienta el horno a 180°C y hornea la lasaña durante unos 25-30 minutos, o hasta que esté dorada y burbujeante. Este proceso no solo cocina la lasaña a la perfección, sino que también permite que los sabores se fusionen, creando un plato irresistible.
Una vez lista, deja reposar unos minutos antes de servir. Esta espera no solo facilita el corte, sino que también intensifica los sabores, haciendo que la experiencia de degustar esta lasaña sea aún más memorable. Servir caliente, acompañada de una ensalada fresca para un menú completo.