Durante la Semana Santa, las torrijas son una tentación irresistible para muchos. Este dulce tradicional, elaborado a partir de rebanadas de pan empapadas en leche, huevo y azúcar, se ha convertido en un elemento esencial de las celebraciones. Además de su sabor delicioso, las torrijas ofrecen la oportunidad perfecta para utilizar el pan sobrante del día anterior, lo que las convierte en un postre práctico y sabroso.
6MOJAR Y REBOZAR
Después de que la mezcla de leche haya reposado, cuélala para eliminar la canela y cualquier otro residuo. Luego, sumerge las rebanadas de pan rellenas en la leche, asegurándote de cubrir ambas caras por completo. Si el pan está muy seco, es recomendable pasarlas dos veces por la leche para que absorban suficiente líquido y queden bien empapadas.
Bate un huevo en un plato hondo. Una vez que las torrijas estén bien empapadas de leche, pásalas por el huevo batido, asegurándote de cubrir toda la superficie. Calienta suficiente aceite en una sartén grande a fuego medio-alto. Cuando el aceite esté caliente pero no humeante, coloca las torrijas rebozadas en el aceite con cuidado. Fríelas hasta que estén doradas por ambos lados, asegurándote de controlar la temperatura para que no se quemen. Es posible que necesites voltearlas para asegurarte de que se cocinen de manera uniforme.
