La Estación Internacional de Canfranc, situada en el Pirineo Aragonés de España, se ha envuelto en un aura de misterio y leyendas a lo largo de sus más de noventa años de historia.
Inaugurada en 1928, esta imponente estructura no solo es reconocida por ser una de las estaciones de tren más grandes de Europa, sino también por las innumerables historias que se tejen en sus andenes y pasillos. A lo largo de los años, Canfranc no solo ha sido testigo de acontecimientos históricos, sino que también ha sido el protagonista de numerosos relatos que oscilan entre la realidad y la ficción.
4CANFRANC EN LA CULTURA POPULAR
La Estación Internacional de Canfranc ha capturado la imaginación de artistas, cineastas y escritores, convirtiéndose en un escenario recurrente en obras de ficción. Su mística y arquitectura imponente han sido el telón de fondo para novelas, películas y documentales. Entre ellas, destaca la novela «La estación perdida» de Eduardo Mendoza, que se sumerge en los misterios y secretos de este lugar.
Además, Canfranc ha sido objeto de diversos documentales y reportajes que buscan explorar su historia y las leyendas que la rodean. Este interés mediático ha contribuido a aumentar la curiosidad y el atractivo turístico de la estación, convirtiéndola en un punto de interés no solo para los amantes de la historia, sino también para aquellos fascinados por los enigmas y los relatos de suspense. La estación de Canfranc continúa, así, escribiendo su historia, una donde realidad y ficción se entrelazan para crear un legado único e inolvidable.
