En las tierras de La Rioja, donde las cepas se alzan con orgullo y la gastronomía se cimenta en la tradición, hay un plato que, sin duda alguna, se ha convertido en un emblema culinario: el bacalao. Este pescado, que atraviesa mares y fronteras, encuentra en la cocina riojana una manera de expresar su versátil textura y su delicado sabor.
El bacalao no solo es protagonista durante la Semana Santa sino que ha sabido ganarse el corazón de los paladares más exigentes durante todo el año. En este artículo, te llevaré en un viaje por los sabores más auténticos de La Rioja, donde el bacalao es mucho más que un simple ingrediente; es una experiencia que envuelve los sentidos y celebra la esencia de una región con una rica herencia gastronómica.
4ENTRE VINOS Y TRADICIÓN
No se puede hablar del bacalao en La Rioja sin mencionar el papel que juegan los vinos de la región en la creación de armonías perfectas en la mesa. Un Chardonnay fermentado en barrica o un clásico Tempranillo son algunas de las elecciones predilectas para acompañar platos de bacalao, cada vino aportando matices distintos que realzan los sabores del pescado. Esta interacción entre comida y bebida es un baile de sensaciones que refleja la identidad enológica de un territorio que vive y respira a través del cultivo de la vid y la elaboración de unos caldos reconocidos internacionalmente.
La bodega es tan importante como la cocina para entender el contexto en el que el bacalao se ha convertido en un plato irrenunciable. Es aquí donde el conocimiento de los vinicultores se pone al servicio de la gastronomía, sugiriendo armonías que convierten cada comida en una celebración de la cultura riojana. El cuidado en la selección del vino adecuado es un ritual que forma parte de la experiencia culinaria, un rito arraigado tan profundo como la propia tierra.