En las tierras de La Rioja, donde las cepas se alzan con orgullo y la gastronomía se cimenta en la tradición, hay un plato que, sin duda alguna, se ha convertido en un emblema culinario: el bacalao. Este pescado, que atraviesa mares y fronteras, encuentra en la cocina riojana una manera de expresar su versátil textura y su delicado sabor.
El bacalao no solo es protagonista durante la Semana Santa sino que ha sabido ganarse el corazón de los paladares más exigentes durante todo el año. En este artículo, te llevaré en un viaje por los sabores más auténticos de La Rioja, donde el bacalao es mucho más que un simple ingrediente; es una experiencia que envuelve los sentidos y celebra la esencia de una región con una rica herencia gastronómica.
2UNA RECETA PARA CADA PALADAR
La cocina riojana se caracteriza por su amplia gama de sabores y estilos, y el bacalao es un claro ejemplo de esta diversidad. Uno de los platos estrella es el bacalao al pil-pil, emulsión mágica de ajo, aceite de oliva y la gelatina que el propio pescado suelta, deleite de gourmets donde los haya. Otra variante es el bacalao a la vizcaína, típicamente acompañado de una salsa elaborada a partir de pimientos choriceros, que aporta un tono dulce y ahumado, embriagador al paladar. Estos platos se suman a una larga lista de recetas que hacen uso del bacalao, como el «escaixada», ensalada fresca donde el bacalao desmigado se combina con tomates, cebollas y aceitunas, que conquista por su sencillez y frescura.
No podemos olvidar el maridaje que, en La Rioja, alcanza notas poéticas cuando el bacalao se acompaña de un vino de la tierra. Los amantes del buen yantar encontrarán que un vaso de vino blanco o, para los más atrevidos, un tinto joven, puede elevar la experiencia culinaria del bacalao a dimensiones sublimes.