sábado, 23 noviembre 2024

Saborea la excelencia con nuestra receta de fideos a la cazuela, mejillones y cigalas: irresistiblemente deliciosa

En la gastronomía española, hay platos que evocan la tradición de nuestras costas y el buen hacer de las cocinas que han pasado sabiduría generación tras generación. Hoy, les traigo una receta que combina el sabor intenso del mar con la sutil complejidad de los fideos a la cazuela: una combinación deliciosa y atrevida, que hará las delicias de los más exigentes comensales.

Este plato, impregnado de la esencia del Mediterráneo, es una auténtica experiencia culinaria que, gracias a los sabores de los mejillones y cigalas, se convierte en una propuesta irresistible para cualquier mesa.

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PASO A PASO: CÓMO TOCAR EL CIELO GASTRONÓMICO

Primero, limpieza y mimo: los mejillones deben ser bien limpiados y retirarles las barbas, y las cigalas, aunque más sencillas, también merecen atención para eliminar posibles impurezas. Con todo en su punto, se reservan mientras preparamos el resto del plato.

A continuación, el sofrito: como cualquier abuela española defendería, un buen sofrito requiere de paciencia y fuego lento; los ingredientes deben pocharse y no quemarse, convirtiéndose en esa amalgama dorada que será la base de tanto sabor. Una vez el sofrito esté en su punto, es hora de añadir los fideos, que deben tostarse ligeramente, adquiriendo un color dorado y aromatizando toda la casa.

Tras el sofrito y tueste de los fideos, llega el momento cumbre: la incorporación de los mariscos. Los mejillones y las cigalas se suman a la cazuela y allí se les da un calor breve, solo para que se abran y suelten su jugo dentro de nuestra preparación. Es importante no cocinarlos en exceso para que conserven toda su textura y sabor.

Por último, la cocción de los fideos: se añade el caldo previamente preparado y se regula el fuego para que la cocción se realice lentamente, permitiendo que los fideos absorban bien los sabores y el plato quede en su punto ideal de salinidad y textura. Se debe ir comprobando, ya que el punto de cocción de los fideos es personal y depende del gusto de cada cual; los queremos tiernos pero sin pasarse, con un punto al dente, que conserven una cierta resistencia al morder.