En un mundo donde el auge de las comodidades ha marcado un aumento en la disponibilidad de alimentos listos para consumir, no es sorpresa que nos encontremos en medio de una epidemia ultraprocesada. Este fenómeno, donde los productos alimenticios han sido modificados hasta el punto de perder sus propiedades nutricionales naturales, plantea una serie de interrogantes sobre lo que realmente hay en nuestro plato.
Por tanto, en la medida en que estos productos invaden nuestros supermercados y, por ende, nuestras dietas, es crucial indagar y dar a conocer qué es lo que estamos ingiriendo y cuáles podrían ser las consecuencias para nuestra salud.
2EPIDEMIA: LOS INGREDIENTES OCULTOS EN TU PLATO
Cuando desglosamos los componentes de un producto ultraprocesado y colocamos cada ingrediente sobre la balanza, podríamos llevarnos más de una sorpresa. Cifras indican que algunos de estos productos pueden contener más de 20 ingredientes diferentes, incluyendo varios tipos de azúcares, aceites modificados y un sinfín de aditivos con nombres complejos que el consumidor medio difícilmente pueda reconocer.
El azúcar añadido es uno de los mayores villanos en esta historia. Mientras que los azúcares naturales presentes en frutas y algunos lácteos son parte de una dieta equilibrada, los azúcares añadidos contribuyen a un aporte calórico sin beneficios nutricionales, y su consumo excesivo está vinculado con enfermedades como la diabetes tipo 2 y la obesidad.
En cuanto a las grasas trans, otro contendiente de este debate, su inclusión en los alimentos ultraprocesados aumenta el perfil calórico y el riesgo de problemas cardiovasculares. Los conservantes, a su vez, aunque necesarios para prolongar la vida útil de los productos, pueden tener implicaciones negativas en nuestra microbiota intestinal, lo que puede afectar el sistema inmunológico.
Finalmente, el exceso de sal es otro punto de atención. Necesaria para el organismo en cantidades adecuadas, la sal añadida en exceso puede elevar la presión arterial y contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares. La suma de todos estos ingredientes genera productos que, lejos de nutrir, pueden comprometer nuestra salud.