La notable ausencia de la reina Letizia desvela tensiones familiares en el entierro de Fernando Gómez-Acebo

Ha sido una semana compleja para el Rey Felipe VI y su núcleo cercano, marcada por eventos familiares y públicos que han puesto de relieve la dinámica interna de la familia real española. Los días recientes han visto al monarca y a la reina Letizia participar en el homenaje a Constantino de Grecia, evento que evidenció la frialdad en el trato con las infantas Cristina y Elena. Este contexto de tensión se vio exacerbado con el fallecimiento de Fernando Gómez-Acebo, primo del Rey, sumiendo a la familia en el luto y generando expectativas sobre la unión y apoyo entre sus miembros en momentos de dolor.

El sábado 2 de marzo, la figura del Rey acudiendo solo al tanatorio para la misa funeral de Fernando Gómez-Acebo, hijo de la infanta Pilar, captó la atención no solo por el evento en sí, sino por la notable ausencia de la reina Letizia en el entierro posterior. Dicha ausencia no pasó desapercibida, avivando los rumores y especulaciones acerca de las relaciones interpersonales dentro de la Casa Real, especialmente en lo que respecta al vínculo entre la Reina y la familia Gómez-Acebo. Este episodio añade una capa más a la complejidad de las relaciones familiares en la monarquía española, dejando entrever desencuentros y tensiones que trascienden lo privado.

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La controversia en el tanatorio

Gómez-Acebo

Durante la jornada del sábado, el tanatorio de La Paz, en Tres Cantos, se llenó de familiares y amigos que acudieron a despedirse de Fernando Gómez-Acebo. Con la misa funeral programada para las ocho de la tarde, la presencia del rey Felipe VI, la reina Letizia, la infanta Elena y doña Sofía, entre otros, subrayó la importancia del acto y el respeto hacia la figura de Fernando. Sin embargo, la ausencia de la reina Letizia en el posterior entierro generó una ola de comentarios y especulaciones, destacando entre los asistentes y en la opinión pública.

Este hecho, sobre todo después de haber asistido a la misa, alimentó rumores sobre las dinámicas y relaciones dentro de la Casa Real en un contexto de duelo. La falta de una explicación oficial sobre su ausencia no hizo más que intensificar el debate, poniendo de manifiesto las complejidades de la vida pública y privada de la monarquía española y abriendo un espacio para interrogantes sobre los vínculos y las tensiones que subyacen en la familia real.